La Habana Confortable: El Café Los Unidos de Ernesto Quintana. Para ir a Marianao, la vía más corta y más cómoda es la que ha establecido la Empresa de los Ferrocarriles Unidos que parte desde la calle de Zanja esquina a Rayo. Así lo ha comprendido el público que ya no va a Marianao y a sus alrededores sino por ese ramal.
Naturalmente, en la estación del ferrocarril allí establecida se reúne a todas horas y todos los días un gentío inmenso, que puede admirar también las excelencias del espléndido café que frente a la estación, en la misma calle de la Zanja esquina a Rayo, ha establecido el señor Luis Quintana, con el título “Los Unidos”.
Ha sido, esa, una idea felicísima, pues allí encuentran las familias un lugar confortable en donde hacer tiempo para esperar la salida de los tranvías que cada quince minutos parten de aquel lugar para Marianao, para los Quemados, para la Playa.
Es ya una necesidad en las ciudades grandes como la Habana la existencia de esos establecimientos en que se satisfacen los deseos de confort que siente el hombre moderno en todas partes y en todos los momentos.
En el café Los Unidos encuentra el cliente un salón elegante y allí cuanto pueda apetecer: lunch, bebidas, dulces, todo fino, servido con el refinamiento con que ya hoy se usa en todas las grandes ciudades. Y en esto la Habana está, sin duda, a la altura de los más confortables, poblaciones del mundo.
La civilización pasa constantemente por Cuba y deja en la capital sus señales indelebles. La elegancia con que se instalan los nuevos establecimientos y con que se remozan los viejos, es una demostración exacta de cuanto decimos. No es de extrañar, por tanto, que el nuevo café Los Unidos se ha ya montado con todos los requisitos que exige hoy el hombre moderno.
Las familias encuentran allí un lugar de reposo para restaurar sus fuerzas. Los respetuosos dependientes atienden a las señoras no con esa melosidad impertinente que se ha observado en algunos lugares, sino con la atención y diligencia del hombre que sabe cual es su misión y como ha de desempeñarla. Esto es muy importante en un café, pues las familias se excusan siempre de entrar en aquellos en que no tienen la absoluta seguridad de que han de ser debidamente atendidas.
Debemos felicitar al dueño de “Los Unidos” por haber logrado que su establecimiento sea el preferido de cuantas personas distinguidas acuden a esperar el tren que ha de llevarlos a Marianao. Allí se reúnen, en efecto, en agradable tertulia, numerosas personas.
La casa tiene grandes atractivos y muy particularmente ese encanto misterioso que se llama la simpatía, cuyo secreto no ha podido descubrirse todavía.
EL FIGARO en sus paseos por la Habana nueva ha descubierto ese atrayente lugar y ha querido presentarlo en sus páginas para que nuestros lectores lo conozcan y puedan disfrutar en él los agradables momentos que hemos disfrutado nosotros.
No pueden decir nuestros lectores que es EL FIGARO egoísta. Cuando sabe algo bueno, se apresura a contarlo para que todos disfruten de ello. En esto nos parecemos a los habitantes de la ciudad ideal de que habla Lorrain, que iban de ciudad en ciudad buscando los placeres más refinados, no tanto para gozarlos ellos, como para que los conocieran los que llegaran detrás de ellos.
CHRONIQUEUR. Diciembre, 1914.
Bibliografía y notas
- “La Habana Confortable: El Café Los Unidos.” Revista El Fígaro. Año XXX, núm. 49, 6 diciembre 1914, p. 589.
- Personalidades y negocios de la Habana.
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