
Finca las Delicias en el reparto de Santa Amalia en la Víbora y sus propietarios Mateo Sánchez y Raimundo Cifuentes.
Los alrededores de la Habana fueron siempre asiento de pequeñas haciendas de cultivos menores, emporios de riqueza, que beneficiando al pueblo en general por la facilidad con que podía obtener los productos necesarios a la vida a módicos precios.
Los repartos de urbanización han echado lejos estas finquitas, vencido, una vez más, el interés general —objeto supremo de la sociedad y de su órgano director el Estado— por la especulación, por el agiotismo, opulencia siempre de una poca en perjuicio de la colectividad.
Sin embargo, no falta algún que otro laborioso agricultor que prefiere la vida dulce, tranquila y provechosa del campo y, despreciando las riquezas súbitas, se consagra a las más despaciosas pero más sólidas y menos inquietantes, de la explotación variada de la tierra y de la organización y sostenimiento de industrias agrícolas.
En el reparto de Santa Amalia, bello lugar de la Víbora, limítrofe a la estación de la Habana Central, hay una linda y fértil finca, digna de su nombre sugestivo: Las Delicias, sitio de recreo, de dichosa expansión, que a la vez, la inteligencia y el tesón de sus dueños, convierte en manantial de riquezas.
Cinco caballerías y media constituyen la hacienda y en ella se desenvuelven diversos cultivos menores, que proporcionan posición desahogada y porvenir seguro de riqueza, a sus dueños.

Son dos los propietarios: Raimundo Cifuentes, pleno de juventud, de energías, amante de la tierra y Mateo Sánchez, como él, entusiasta y devoto agricultor. Ambos dedican sus afanes a “Las Delicias” y han sabido crear con éxito notable, un gran negocio agrícola en la misma capital, en el seno de uno de sus barrios más prósperos y más pintorescos.
La finca se alza al lado de un cerro que domina toda la Víbora, altura que ofrece precioso panorama, vista la más encantadora que puede apreciarse En este cerro se levanta la amplia casa de vivienda, construida sólidamente, y amueblada con gusto y sencillez.
Sánchez y Cifuentes han establecido una magnífica vaquería, que cuenta con ciento cincuenta vacas de raza “Jersey», las cuales producen, por término medio diario, ocho cientos litros de leche.

El expendio de leche es, por sí solo, un buen negocio, suficiente para asegurar el porvenir de Las Delicias; pero no es el único.
La cría de aves es otro. Poseen una cantidad considerable de todas las razas, siendo el negocio de aves y huevos otro de los más productivos, pues cuentan en toda la Habana con una clientela numerosa y segura.
El millo y la yerba del paral son otros cultivos que constituyen fuente solida. Agréguense a todo esto los múltiples negocios derivados de los distintos cultivos menores, y crianzas de puercos, guineas, pavos, etc., y se comprenderá que son dignos de admiración los dos laboriosos propietarios que sirven así al país, dando elocuente lección.
Bibliografía y notas
- “La Industria Agrícola”. Revista El Fígaro. Año XXXIX, núm. 4, 22 de enero 1922, p. 64
- Personalidades y negocios de la Habana
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