Una de las figuras industriales más estimadas y apreciadas, íbamos á decir artísticas, teniendo en cuenta lo excepcional de sus trabajos en lo que al corte, la hechura y la confección de los trajes se refiere estaba en la gran sastrería de Nicanor Mella en la Habana.
Un hombre que no ha manejado el bombo nunca para llamar la atención sobre él es el señor Mella, un rara avis en esta caza al reclamo que se llama la industria y el comercio habaneros Fiado sólo en la excelencia de las telas y paños expuestos en el mostrador de su establecimiento, en la impecabilidad magistral de su tijera, en la elegancia siempre extremada de los trajes que en su taller se confeccionan, ha dejado, como un Mahoma del buen corte, que la montaña, es decir, el público, fuera á él. Y ha ido.
Su clientela hoy se llama legión, legión aumentada día por día y que ve en Mella el representante del chic supremo y de la distinción exquisita.
Mella, como tailleur, tiene un pasado que casi es un ilustre abolengo. Nacido en Santo Domingo — como el gran Máximo Gómez — ha estudiado su oficio que él ha elevado á arte — en las grandes capitales de Europa, y especialmente en París, metrópoli de la moda, donde rivalizaba con las principales casas, atrayendo á sus salones el alto mundo “parisién”.
París acabó de afinar su finura ingénita, su distinción elegante y graciosa y sus maneras de caballero completo. No hay un parroquiano que al lado del industrial trabajador no aprecie al amigo consecuente. Sus amistades son seguras y leales, como es segura y leal la amistad de él.
Hemos hablado al principio de este artículo de la impecabilidad de su tijera y nada mas fácil que demostrarlo. Los seres que se visten, así como los que escuchan óperas, saben lo que es un “gallo”; un ripio de la voz y un ripio del traje.
Los “gallos” producen mal efecto al que los oye en un cantante y al que los ve en un traje. Gayarre no ha dado un gallo nunca; Mella tampoco. Es el Gayarre de la “fashión”. De tal manera, que ha podido pintar en su escudo, como un blasón de heráldica, un gallo con estas palabras en latín: Evita Hoc Sodes que traducidas significan:
“El que pueda, que lo evite.”
Y aquí él que puede, es Mella. Por eso, este escudo tan ingenioso y tan verdadero será la verdadera “enseigne” de su casa, que es el nombre de su propietario: Nicanor Mella.
El señor Mella tiene la suerte no sólo de ser compatriota del eximio general Gómez si no de vivir en los bajos de la casa que ocupa el señor Federico Mora, sub-gobernador civil de la Habana.
Las simpatías que suben á la casa del señor Mora, todas las simpatías cubanas, bajan como un río fecundante á la casa taller de Mella. Todos los triunfos en la mano… izquierda, porque en la derecha tiene la tijera, impecable, lo repetimos.
Pronto, muy pronto, una innovación que aplaudirán las elegantes cubanas, tendrá lugar en la casa del señor Mella. El querido tailleur establecerá á sus muy inteligentes hijas como sastres de señoras á imitación de Europa. Educadas por tal padre las muy bien educadas señoritas, artistas, como Nicanor en su género, serán la “coqueluche”, las “enfants gatées” de la excelente sociedad femenina habanera.
Y se verá en esa manera que en el mundo de la moda, del chic, del “esprit” (tan necesario en los cortes) del buen gusto y de la elegancia abraza la Casa Mella los dos órdenes: el masculino y el femenino en lo que á costureras se refiere.
A esta realidad que promete á las familias habaneras el muy competente dominicano vienen á formar complemento las informaciones de la Moda en los dos grandes países que la dictan: París y Londres.
No hay día que ya en un correo, ya en otro, dejan de entrar en el establecimiento, situado en Obispo 75, todo lo que las prensas extranjeras arrojan respecto á embellecimiento exterior de la figura humana traducida en los figurines a la dernière que colocan sobre el papel los grandes pintores-modistos y las notables costureras de más allá del Atlántico.
Hasta en lo más crudo del bloqueo, se filtraban bajo la puerta del Establecimiento Mella los patrones, las hojas de moda y las crónicas elegantes con el último cri.
Este esfuerzo mantuvo el prestigio de Nicanor Mella entre los asiduos parroquianos que la desbandada en masa le dejó, hasta el punto de que pudo decir como aquel profesor antiguo que después de vivir años y años alejado de la cátedra y en prisión, al volver á sus antiguas conferencias comenzaba su explicación diciendo á sus mismos discípulos:
“Decíamos ayer…”
Esta frase de Fray Luis de Granada puede repetirla hoy algo modificada el señor Mella:
— Haremos este traje como el de ayer … etc.
El anuncio de la presentación de sus distinguidas hijas como sastres de señoras, ha causado muy buena impresión entre cuantas damas habaneras han sabido la noticia. El prestigio del padre hace esperar que habrá preparado bien á sus hijas para la nueva campaña industrial que será al mismo tiempo artística por el buen gusto que ha de presidir a las confecciones.
El ejemplo de Mella inaugurando el primero en la Habana su simpática innovación de sastre para señoras, será imitado seguramente. Pero quien da primero da dos veces.
Y siempre que las damas residentes en la Habana hablen entre sí de un traje nuevo para un paseo, para un baile, para una excursión en los alrededores de la Habana será el nombre de las dignas hijas de Nicanor Mella el que pronuncien sus labios.
Y no sólo por agradecimiento á lo bien que cumplirán con ellas sino por orgullo que expresa bien este refrán: “Más vale bueno conocido que malo por conocer”.
Nuestro saludo de entusiasta felicitación al eminente industrial cuyo nombre es en la Habana símbolo de rectitud, nobleza de alma, cumplimiento de sus compromisos y que ha llegado á ser entre los sastres artistas de la Habana, el artista sastre.
Años después Nicanor Mella Brea conoció en Nueva Orléans la dama Cecilia McPartland con quién después de instalada en la Habana tuvo dos hijos, uno de ellos nació en marzo 25 de 1903 y fue nombrado como su padre. Sin embargo, sería en la historia de Cuba conocido como Julio Antonio Mella.
Bibliografía y Notas
- “Nicanor Mella.” Revista El Fígaro, (Febrero 1899).
- Dwyer, Bernie. “Cecilia McPartland. Dictionary of Irish Latin American Biography” Society for Irish Latin American Studies. Accessed Feb. 27, 2022. https://www.irlandeses.org/dilab_mcpartland.htm
- Personalidades y Negocios de la Habana.
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