El Hotel Telégrafo preferido de las cantantes de ópera María Barrientos y Conchita Supervía. Rato agradabilísimo, instantes de verdadera satisfacción y que difícilmente se borrarán de nuestra memoria, fueron los que, con objeto de saludar a dos artistas de mérito excepcional y de cambiar algunas impresiones con ellas, pasamos en el gran hotel Telégrafo, hace dos tardes.
Muéstranse la señora Barrientos y la señorita Supervía, que son ellas las geniales artistas a quienes nos referimos, en extremo agradecidas al público habanero que tanto las admira por su arte peregrino, por la voz con que la naturaleza las dotara y por su genio.
Cuanto de ellas pudiéramos decir no sería más que la repetición del homenaje constante que reciben de esta culta sociedad y el merecido tributo que, a diario, les rinde toda la prensa;
Pero sí hemos de declarar gozosos que al terminar aquella breve visita nos sentíamos encantados ante tanta delicadeza y amabilidad extrema, y que así como esas estrellas del arte conservarán grato recuerdo de los triunfos y ovaciones recibidos en la Habana, nosotros jamás olvidaremos esa entrevista halagadora.
Nos disponíamos ya a abandonar el hotel Telégrafo, cuando al estrechar la mano de uno de sus dueños, éste, galantemente, nos invitó a recorrer sus hermosos departamentos, lo que aceptamos, recibiendo las más corteses atenciones.
Nunca, tal vez, hubo invitación más oportuna, pues, en verdad, ansiábamos conocer las importantes reformas llevadas a cabo en esa casa, de las cuales ya teníamos no pocas referencias. Comprenderáse que dado el hábito de ofrecer al público una información detallada y minuciosa de cuanto pueda interesarle y convenirle, hábito del cual nadie que para el público escriba puede prescindir, comenzamos la serie de preguntas que el lector discreto y amable —que de seguro lo es— puede suponer.
En efecto, a nuestro interrogatorio, tal vez abusando de la bondad del caballeroso amigo que nos atendía, correspondióse como esperábamos.
Es el hotel Telégrafo uno de los primeros y más suntuosos de la capital de la República, situado en el lugar más céntrico y animado de esta Habana que tan rápidamente se transforma, así como de los Helados de París, cuya fama se remonta a aquellos tiempos de la leyenda de las “onzas de oro”, y adonde acudió siempre la creme de la sociedad habanera.
Y al hablar del hotel Telégrafo, al mismo tiempo que celebramos el éxito alcanzado por sus amables propietarios, gustosos dedicamos un recuerdo a la señora Pilar Somoano, a la muy entendida doña Pilar, que en tiempo no lejano, por su buen gusto y actividad incomparable, tanto auge supo dar a ese hotel y a los Helados de París, cuando al frente de esas acreditadas casas se hallaba.
El hotel Telégrafo y los Helados de París, sea dicho en su honor, tienen también su historia, historia simpáticamente unida a la de la alegre y risueña “Acera del Louvre”, en donde hoy se halla situado.
Este hotel, situado en lugar incomparable frente al Parque Central, fué adquirido por los Sres. Ángel Martínez y Eduardo Fuentes antiguos y competentes dueños del hotel Venus de Santiago de Cuba y del de Guantánamo que lleva igual nombre. Es el hotel Telégrafo uno de los lugares de la Habana que recuerdan la vida de los grandes hoteles del extranjero.
Nos explicamos que haya sido el preferido de María Barrientos y Conchita Supervía.
Petronio
Bibliografía y notas
- Petronio. “María Barrientos y Conchita Supervía en el Hotel Telégrafo”. Revista El Fígaro. Año XXX, núm. 13, 29 de marzo 1914, p. 159.
- Personalidades y negocios de la Habana
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