Nuestro progreso industrial y la Manioca de Montijo. Nunca con más oportunidad se han engalanado nuestras columnas como en esta ocasión, en que traemos a ellas la más elocuente prueba de lo que puede en el campo de la Industria la constancia y el trabajo, cuando aparecen aunados a voluntad inquebrantable, pulcra administración, asiduo estudio y conveniente propaganda.1
Nos referimos al ya tan acreditado producto alimenticio denominado “Manioca de Montijo”, tan conocido de nuestros hogares y tan recomendado por las autoridades sanitarias de la República. Hace apenas unos veinte meses que hizo su aparición en nuestra plaza, escogida por su autor y fabricante señor S. Jorge de Montijo, en atención —entre otras— a la circunstancia que en Cuba se produce la mayor parte de las materias primas que entran en su elaboración.
Aunque es cierto que al ofrecerse al público el indicado producto se le precedió de autorizadas y robustas informaciones científicas, tanto de su autor como del personal técnico de nuestra Sanidad, entre los que muy especialmente figuran las de los reputados y severos facultativos doctores López del Valle, Antonio J. Cadenas, Fernández Benítez, Pérez Abreu, Diago y Moreno, también lo es que sólo una voluntad de hierro como la del señor Montijo ha podido elevar una empresa de tan insignificante génesis, a la altura en que hoy se encuentra para su propia satisfacción, y orgullo, podemos decir, de la industria nacional.
Hombre de cerebro amplio y altruista por educación y por temperamento, no se ha encerrado cl señor de Montijo entre los límites del interés personal y, abriendo el compás de su buena voluntad a otras buenas voluntades y energías, ha facilitado la constitución de una gran compañía para darle a su industria el desarrollo y amplitud que de ella reclaman las ascendentes exigencias del consumo, tanto del interior como del exterior.
Al efecto, un grupo de capitalistas de arraigo y reputación intachables, encabezados por el conocido propietario doctor Ignacio Plá, han formado la institución industrial que se denomina “Manioca Compañía Agrícola Industrial, S, A.”. de la que es Director General el señor de Montijo y Presidente el citado doctor Pla, y la que ha quedado definitiva y legalmente constituida con el respetable capital de $700,000.
Además de la fábrica, posee la compañía grandes propiedades, cercanas a esta ciudad y destinados al cultivo de la materia prima, con sus correspondientes maquinarias y demás accesorios, y en breve se comenzará la fabricación de un magnífico edificio en las condiciones y amplitud que exige la floreciente empresa.
Capacitado como está su Director para el desarrollo de otras varias industrias y asesorado por hombres como el doctor Plá y otros de sus compañeros, propónense desde luego la iniciación de algunas otras que, girando alrededor de la ya fundada y en explotación, contribuyan a que, en no lejanos días, podamos tener una compañía nacional de base verdaderamente sólida y que por sus condiciones y rendimiento garantice un capital muchas veces superior a aquel con que ha sido constituida.
No es sólo el capital el que podríamos citar como factor de prosperidad. Hay algo más que se pierde en el curso de los días, pero que deja huellas imperecederas. Ese algo es la gratitud popular, porque la “Manioca’” ha venido, en estos momentos más que aflictivos para la alimentación, en que falta pan, leche y lo más indispensable para la subsistencia, a convertirse “en el alimento obligado de madres, niños y ancianos”, para valernos de la lacónica pero expresiva frase del reputado Director de Sanidad doctor López del Valle.
El Consejo de Administración de la nueva compañía que, con tantos elementos cuenta para que sus operaciones culminen en el más lisonjero éxito, está integrado por los señores doctor Plá, Presidente; Montijo, Director General; Ruperto León, Vicepresidente; Oscar Montes, Tesorero Contador; Gustavo Bernard, Administrador; José Carbo, Secretario, personalidades bastante conocidas en el amplio campo del comercio.
Al felicitar a la nueva Empresa y augurarle los más prósperos negocios, nos permitimos, haciéndonos eco del sentimiento de muchas madres desheredadas, hacer legar hasta el señor Montijo de testimonio de la más ingenua gratitud por el regalo que para los niños pobres ha venido haciendo semanalmente por conducto de la muy severa y respetable Sanidad Nacional.
Cuánto inocente debe su vida a ese altruismo industrial! Cuánta madre ha enjugado las lágrimas de la desesperación con ese gesto tan poco común! Por grandes por pingues que sean los rendimientos económicos, nada será comparable pará un alma noble y generosa como la del señor Montijo, a la satisfacción de merecer la gratitud de las madres desvalidas!
Manioca. Habana. 23 de Abril de 1918.2
Sr. Director del Diario de la Marina. —Ciudad.
Señor: Tenemos el honor de participar a usted que con fecha 18 (mayo 1918) del corriente mes y ante el notario señor Hernández Lapido, con carácter retroactivo al día primero de Abril, se constituyó “Manioca”, Compañía Agrícola Industrial, S. A. la cual por dicha escritura adquirió de la sociedad disuelta en el mismo día y ante el expresado notario, la marca Industrial “Manioca de Montijo”, con el propósito de continuar la explotación del mismo negocio y otros ramos anexos.
El Consejo de Administración quedó constituido en esta forma:
- Presidente: Ignacio Plá,
- Vice: Ruperto León.
- Director: S. Jorge de Montijo.
- Administrador: Gustavo Bernard.
- Tesorero: Oscar Montes.
- Secretario: José Carbó.
Esperando se sirva tomar nota de lo expresado y en espera de sus gratas órdenes, quedamos atentamente.
“MANIOCA”, Compañía Agrícola Industrial, S. A.
Bibliografía y notas
- “Nuestro progreso industrial. La Manioca de Montijo”. Revista El Fígaro. Año XXXV, núm. 18, 5 de mayo 1918, p. 514. ↩︎
- “Manioca”. Diario de la Marina. Año LXXXVI, núm. 124, 4 de mayo 1918, p. 2. ↩︎
De interés: Personalidades y Negocios de la Habana.
Deja una respuesta