Las Galerías de Oteiza Castrillón y Hermano. La Habana, la capital de la República, puede sentirse satisfecha del desarrollo del comercio, en sus diversas manifestaciones, que, un día tras otro y felizmente en ella, viene notándose.
Hoy abre sus puertas una nueva casa, mañana otra, todas ellas fastuosas, ofreciendo al público una verdadera exposición de todo aquello que, referente al giro que se dedican, nada queda por desear; y todo presentado, con arte y gusto exquisito, y lo que es más, con un espíritu resuelto de complacer al público y de satisfacer sus deseos lo mismo en lo que a la mercancía concierne , que en cuanto al precio de la misma se refiere.
Prueba evidente de esto que acabamos de decir, son las hermosas “Galerías” inauguradas el 24 de noviembre del pasado año (1913) por los señores Oteiza, Castrillón y Hno. en O’Reilly y Compostela, uno de los lugares más céntricos y transitados de la ciudad.
Confesamos que, aunque por interés personal no fuese, sólo por tener una idea de lo que al comienzo decíamos, esto es, de nuestro progreso mercantil, debiera visitarse ese suntuoso y admirablemente surtido establecimiento.
En lo que a ropa blanca se refiere, es una especialidad, una especialidad —si nos atreviésemos a ser gráficos— excepcional, peregrina, como hasta ahora no habíamos tenido ocasión de ver en la Habana.
De las confecciones especiales para señoras, hechas a mano y estilo parisién, cuanto se dijera habría de ser poco.
Las confecciones para caballeros y niños son admirables —como se han visto muy pocas en la Habana.
Cuanto en esa casa han reunido y presentan al público los señores Oteiza, Castrillón y Hno. digno es de admirarse y, en consecuencia, llevarse; pues casi podría decirse que en lugar alguno de la capital, lo que allí hay podrá encontrarse.
No exageramos, no; guiados por la curiosidad, por lo que pudiera convenirnos, penetramos en esas “Galerías”. Nuestra sorpresa fué grande, a pesar de que, en el giro, son muchos en la Habana los establecimientos que gozan de justa fama y verdadero renombre.
¡Aquella variedad de confecciones para señoras niñas caballeros y niños; aquellos sombreros, aquellas gorras, aquellos mil artículos —de primera necesidad, hay que decirlo— para la gente menuda; aquella exhibición de todo lo que en cada hogar, para el más pequeño y el más grande se necesita; todo, a precios económicos, allí se encuentra y allí puede adquirirse!
Y es que la casa de los señores Oteiza Castrillón y Hno., O’Reilly y Compostela, Teléfono A. 6762, es la gran casa, la casa por excelencia importadora de tejidos, confecciones, paños y casimires, la primera que, en cierta manera, con un gusto irreprochable y habilidad suma, presenta al público habanero, como antes decíamos, una sorprendente y maravillosa exposición de esta clase de artículos, los primeros —después de los que al estómago conciernen— necesarios en todo hogar, los que son buscados por las damas y caballeros, por los padres, por los hijos.
Con tal seguridad escribimos esto —debido a la gratísima impresión que al visitar “Las Galerías” hemos recibido— que, cuantos esa casa visiten, si no son unos ingratos, habrán de agradecernos esta indicación y comprenderán lo justificadas que están estas líneas tratándose, como se trata, de nuestro progreso, cultura y bienestar.
Porque honradamente entendemos que un establecimiento que surge, ante la competencia formidable que hoy casi podría decirse es la reguladora de toda manifestación comercial, si es un establecimiento, aunque lujoso, ajustado a las exigencias del presente momento, viene a llenar una necesidad imperiosa, que, no es paradoja, otra no es que la de satisfacer al público, serle útil y, bajo todos conceptos, provechoso.
Las Galerías, nadie que esa casa haya visitado se atrevería a negarlo, esta necesidad viene a llenar. Una visita a Las Galerías nos dará la razón y, plenamente dejará justificada la admiración que sentimos, por este adelanto en lo que respecto al comercio interior de la República se refiere.
Y no decimos más.
Bibliografía y notas
- “Por esas calles: Las Galerías”. Revista El Fígaro. Año XXX, Núm. 2, 11 de enero 1914, p. 23.
- Personalidades y negocios de la Habana.
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