La Habana Antigua. Las Ursulinas. La orden de Santa Úrsula la fundó en Italia Sor Angela de Mérici para la instrucción de la Juventud femenina.
Del convento de Heneben en la Bretaña, Francia, salieron para Nueva Orleans á fundar un monasterio de su orden, las religiosas Ursulinas Margarita Judd, Mariana Boulanger, Magdalena de Nahieu, Renee Guiquel, Margarita de Salaon, Cecilia Cavalier, Mariana Dain, María Hachard novicia, con la Superiora Franche Pain de S. Agustín, habiendo fallecido esta última en Noviembre de 1733.
En Lonent embarcaron el 22 de Febrero de 1727 y llegaron á Nueva Orleans el 7 de Agosto, en cuyo día tomaron posesión de la casa que se les había preparado, pues hasta Julio de 1734 no ocuparon el monasterio que se les fabricó.
En posesión España de la Luisiana, que formaba parte del Obispado de Cuba, pasaron en 1779 de la Habana al Convento de las Ursulinas de Nueva Orleans las primeras habaneras que tomaron el hábito de Santa Úrsula, allí profesaron Doña Antonia del Castillo y Doña Antonia Ramos, con los nombres de Santa Rita la primera y de Santa Mónica la Ramos.
Esta última nació en 1751, é inclinada desde niña á la vida religiosa, entró en el convento de Santa Clara de la Habana donde se educó y á la edad de 25 años pasó á Nueva Orleans con la Castillo, profesando en 1781.
Era ya Prelada cuando terminó la dominación española en la Luisiana de la que fué su último Gobernador el Brigadier D. Manuel Salcedo. Comisionado el habanero D. Sebastián Calvo, marqués de este título, para hacer la entrega de esa provincia á la Francia, de acuerdo con éste y con Salcedo la Ramos y casi todas sus compañeras resolvieron trasladarse á Cuba lo que ya había solicitado de Carlos IV en 4 de Octubre de 1802.
Aunque hasta el 25 de Julio del siguiente año no las autorizó el Rey para establecerse en la Habana, la fuerza de las circunstancias las obligaron á salir de Nueva Orleans en Mayo de 1803. El 27 de dicho mes obtuvieron pasaporte las diez y seis Religiosas Ursulinas que se trasladaron á la Habana y de las cuales nueve eran cubanas, seis francesas y una inglesa.
Acompañadas del marqués de Calvo, del Gobernador Salcedo y del Superior y Vicario Canónigo D. Tomás Rafaell, salieron de su convento el Domingo de Pentecostés, 29 de Mayo á las diez de la noche, hora que se daba á la vela el buque que condujo ese bello presente que á la ilustración de Cuba hacía aquel elege revolucionario y del cual nació después un gran pueblo.
El 17 de Junio por la tarde desembarcaron en la Habana las Ursulinas habaneras Sor Antonia Ramos de Santa Mónica, Sor Antonia Castillo de Santa Rita, Sor Petrona Collazo de San Agustín, Sor María Josefa Mirabal de San Miguel, su hermana Sor María Manuela de San Rafael, Sor Isabel Vázquez de San Luis Gonzaga, Sor María de Regia López de Santa Ursula, y Sor María de Jesús Sánchez de Santa Rosa y de Villa Clara, Sor María Francisca Yera de Santa Clara;
Francesas Sor Margarita Dulievre de San Ignacio, asistenta, las hermanas Adelaida Dusuau de Santa Solano, y Sor Francisca de Santa Avoya, Sor Genoveva Chimite de Santa María, Sor María de la Asunción Dourgue de Sta. Rosalía, y Sor Angela Songline de San Estanislao, estas dos últimas eran irlandesas y Sor Felicita Carder de Santa
Angela.
El Obispo Espada las alojó seis en el convento de Santa Clara, cuatro en Santa Catalina y seis en Santa Teresa en el que estuvo la Ramos, la cual falleció el 22 de Octubre de 1823. En esos conventos conservaron las Ursulinas veinte y siete pesos mensuales que les asignó el Rey y que disfrutaron durante el resto de su vida, siendo la última pensionada de las venidas de Nueva Orleans, Sr. María Regla López de Santa Ursula, que murió á los 87 años años de edad, el 13 de Junio de 1851.
En 1803 el mismo día de Santa Úrsula, Don Francisco Veytia, marqués del Real Socorro, les ofreció su protección y auxiliado por los magistrados José Vicente Orue y D. Francisco Peñalver de Cárdenas, abrieron una suscripción á favor de esas religiosas y el Ayuntamiento de la Habana les cedió la casa de Recogidas pasando estas á ocupar la planta baja que da á la calle del Sol.
En 4 de Abril de 1874, el citado Peñalver, el Capitán General Marqués de Someruelos, Jefes, Regidores y nobleza, recibieron á las religiosas á la puerta de los respectivos conventos donde estaban alojadas, las que en carruajes, acompañadas de cuatro jóvenes que habían pedido el hábito, de la esposa de Someruelos, marquesa del Real Socorro, Doña Luisa O’Farrill y de otras señoras distinguidas fueron conducidas con música, tropa, y en medio de las aclamaciones del pueblo, á la citada casa.
Allí las recibió Espada quien confirmó en su cargo de Priora á la Ramos, á la Castillo de asistenta, de Celadora á la Collazo y de Depositaria á Felicita Carder que lo fué hasta 1821 y que habiendo nacido en el monasterio de Nueva Orleans, fué bautizada en el á la edad de 15 años.
Las hermanas Dussuan, educadas en el monasterio donde profesaron, tomaron los nombres, Sor Adelaida de la Santísima Trinidad y Francisca llamada Santa Voya tomó el de Asunción, llegando la primera á ser maestra general del Colegio y Celadora, falleciendo en 1823, y siendo la segunda, nombrada Priora en 1821 y mas tarde maestra de novicias.
Una de las Postulantas fué nombrada por España maestra del Colegio de niñas de San Francisco de Sales. Primer Capellán de las Ursulinas se nombró el 7 de Marzo de 1804 al Dr. José Miguel de Moya, que lo fué 36 años y murió el 1o de Diciembre de 1810. El R. P. Lucas, mercenario, compuso la primera novena á Santa Ursula,
habiendo escrito también otra el Dr. Moya.
En 11 de Junio de 1804 abrieron las Ursulinas la escuela para externas con entrada por la calle del Sol y en 17 del mismo mes comenzaron á dar clases de doctrina á las mujeres de color, clase esta de que se hizo cargo Sor M. Francisca Yera, natural de Villaclara que en 1783 pasó de la Habana á Nueva Orleans donde profesó, falleciendo por último el 18 de Noviembre de 1818.
Sor. Margarita Dulievre de San Ignacio, natural de Nantes y profesora de la Rochela, fué la primera de las religiosas venidas de Nueva Orleans que falleció en esta Ciudad el 23 de Abril de 1811, á los 80 años de edad; siendo sepultado su cadáver en el Cementerio de Espada, por haber la Corte desaprobado el permiso que el mismo Estrada concedió, referente á que siguieran haciéndose entierros en los conventos.
Los Agustinos llevaron en hombros el cadáver de Margarita hasta la bóveda que en dicho Cementerio construyeron los carmelitas.
Por Real Cédula de 21 de Abril de 1811, se ordenó entregar á las Ursulinas la casa de Recogidas que ocupaban y en 1 de Noviembre de 1815 y por los comisionados del Ayuntamiento, Regidores, Conde de Loreto y don Luis Gale, se les hizo formal entrega de la misma, quedando fundado y constituido el monasterio y trasladadas las pocas recogidas que había al edificio que al efecto se construyó.
Abierto el noviciado con un dote de tres mil pesos, diez y seis señoritas habaneras tomaron el hábito en 23 de Diciembre de 1815, siendo estas Juana Conde con el nombre de Santa Teresa, Petrona Martinelli con el de Corazón de Jesús, Francisca del Pilar con el de Santa Cruz, Teresa Montalvo con el de Crucifixión, Beatriz de Cárdenas con el de Purísima Concepción, Josefa Cortés, Santa María de la Misericordia, y Doña Rafaela de Moya, Santísima Trinidad.
La Moya era hermana de José Miguel del mismo apellido. Las nueve restantes que lo eran Doña María Dolores Peñalver, María de Jesús Boloña, Concepción de Alcázar, Josefa Mieses, Beatriz Hernández, Josefa Espinosa, Ana Cavede, Dolores del Pilar é Isabel Ramos, adoptaron los nombres de Santa Corona, Jesús en el Huerto, Santa Magdalena, Purificación, San José, San Joaquín Jesús Nazareno y Luis Gonzaga respectivamente.
El convento de la Habana necesitaba reformas y más amplitud y para ello se le agregó la casa immediata, cuya propiedad adquirieron las Ursulinas. El General Roncali les prestó toda protección y en 19 de Noviembre de 1850 se colocó la Primera piedra, quedando suspendidas las obras por falta de recursos hasta que la Sra. Josefa Santa Cruz de Oviedo, se encargó en Junio de 1855 de concluir el templo y el convento, corriendo todos los gastos de su cuenta quedando concluido el edificio el día 26 de Enero del siguiente año de 1856, fecha en que fué consagrado por el Obispo Fleiz.
Está situado el edificio en la esquina de las calles de Egido y Sol, y consta de una nave, con torre, en la que hay cinco campanas con las siguientes inscripciones, “Purísima Concepción, 1817”, “San Juan Bautista, 1809”, “San José, 1855”, las dos restantes no tienen inscripción y se nombran Santa Angela y Santa Úrsula.
La nombrada “San José, 1855”, fué construida en la fundición de D. Fernando Arritela que estaba en la muralla frente al convento y fué regalo de la Sra. Santa Cruz de Oviedo; tiene cuatro altares y su púlpito y es una reproducción del que existe en la Iglesia de Santo Tomás de Aquino de Paris.
Frente á las Ursulinas estuvo situada la horca hasta el año de 1810, en que se trasladó á la plaza de la Punta.
(¿D.R?)
Bibliografía y notas
- “La Habana Antigua. Las Ursulinas”. Revista Cuba y América. Año XV, núm. 13, 4 de marzo 1912, pp. 5, 6.
- Orden de Santa Úrsula (Ursulinas).
- Personalidades y negocios de la Habana.
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