Los Juegos Florales pro Heredia en Santiago de Cuba por Ducazcal. Respecto de este brillante y simpático suceso de carácter artístico y social, consumado en la noche del domingo 17 de Mayo 1914, en el gran teatro Oriente de esta ciudad, ya lo ha dicho casi todo El Fígaro.
En la foto que precede de la Reina de los Juegos Florales señorita Isabel Hechavarría y su Corte de Amor en Santiago de Cuba se aprecian:
A la izq. Niños Enrique de Hechavarría y Judith Sena. (Pajes). A la der. Niño Víctor Schueg. (Paje). De pie, de izquierda a derecha. Mercedes Castillo; Rosita Arnaz; Rebeca Espinosa; Esperanza Domingo; María Isabel Carbonell; Julia Castillo; Lucía Schueg y Evangelina Ortiz. Sentadas, de izquierda a derecha. Julia Repilado; Nenita Ortiz; Bebé Hechavarría; Julita Perea y María Bosch.
Con su preciosa información gráfica y la publicación de varios de los trabajos premiados y de un cincelado artículo de José Manuel Poveda, en su número de ese mismo día; notas con que esa prestigiosa revista supo anticipar oportunamente la proclamación del feliz éxito de la memorable fiesta cultural.
Por segunda vez se ha honrado asimismo la ciudad de Heredia, al glorificar el nombre del inmortal poeta y cooperar a la erección del monumento debido al cantor del prodigioso Niágara y de las tristezas y amarguras del patriota proscripto.
La concurrencia a esta solemne manifestación de cultura artística y social, sinó tan numerosa como la que vimos en igual acto del año anterior, era sí tan selecta y elegante como la de la mejor función de gala celebrada en el amplio coliseo de la calle baja de José Antonio Saco.
La aristocracia del talento la cultura, de la belleza, de la sangre, del dinero; los mejores elementos representativos de la sociedad santiaguense se congregaron, en el teatro “Oriente”, en la noche del domingo 17, y consagraron con su presencia y sus aplausos el venturoso éxito de la fiesta de gay saber.
Saludadas con la majestuosa marcha de Tannhauser, de Wagner, ejecutada por la banda del Regimiento número 3 de la Guardia Rural, penetraron en el teatro la Reina de la fiesta y su corte de Amor.
La Reina, la espléndidamente bella señorita Isabel de Hechavarría y de la Pezuela apoyaba su brazo en el del poeta premiado con la Flor Natural, el inspirado y brillante Agustín Acosta, laureado ya dos veces en los Juegos Florales de Santiago, y las doce juveniles damas de la ideal corte, doce señoritas tan graciosas como distinguidas, desfilaron en el orden siguiente, de bracero con los caballeros cuyos nombres también aparecen mencionados aquí:
María I. Carbonell y Recaredo Répide; Rebeca Espinosa y Cristóbal Desquirón; Evangelina Ortiz y E. Taquechel; Julia Repilado y Adolfo Danguillecourt; Filita Perea y Manuel Miranda; María Bosch y Alfredo Puig; Esperanza Domingo y Ernesto Puig; Nenita Ortiz y Lorenzo Beltran; Lulú Castillo y José Parreño; Mercedes Castillo y Alberto Bueno; Lucía Schueg y Joaquín Aristigueta; Rosita Arnaz y José Oteiza.
La Reina y las damas ostentaban preciosos ramilletes de flores en la diestra.
Declaró abierto el acto, con oportunas y bellas frases, el digno presidente de la Asociación de la Prensa —organizadora de la fiesta— Sr. Daniel Fajardo Ortiz; leyó las actas de los diversos jurados calificadores el señor Recaredo Répide.
Pronunció su discurso el Mantenedor de los Juegos, Lcdo. Sr. Antonio Bravo Correoso, maestro de la palabra en las lides políticas y forenses, que no obstante su alejamiento de las florestas del arte literario, supo, a fuer de verdadero sembrador de ideas, de hombre de poderoso y sutil talento, interpretar el trascendental pensamiento de esta fiesta de la belleza, y aprovechó hábilmente la ocasión para discurrir sobre:
La falsa importación de decadencia que se les hace a los pueblos de origen latinos, constantes mantenedores del sentimiento artístico de la humanidad civilizada, y probó elocuentemente que es errónea y caprichosa tal imputación entre otros argumentos, con el del hecho recientísimo de haber sido aceptado el arbitrage de tres naciones latinas —Argentina, Brasil y Chile— por la gran nación anglo sajona de los Estados Unidos de la América del Norte, para dirimir pacíficamente el casus belli de ésta con México.
Una justa ovación fué tributada al conceptuoso orador, que supo también recordar las grandes glorias literarias e intelectuales de Cuba y señalar el hermoso resurgimiento que en nuestra patria se determina ahora.
Sucesivamente fueron apareciendo en el proscenio, para recitar las composiciones poéticas “Patrias Fides, Amor”, “Canto a la Reina y a su Corte de Amor” y “La Rumba”. Sus respectivos autores, los señores Agustín Acosta, Pascual Guerrero y Francisco Sabas Alomá, premiados con la “Flor Natural”, “La Palma de Plata” y el “Pensamiento de Oro”, que, respectivamente también, recibió cada uno, así como los demás concurrentes presentes, de manos de Graciosa Majestad, la Reina de los Juegos Florales.
El soneto premiado con el “Lirio de Plata” y titulado “A un viejo rosal”, del señor Manuel de J. Lastre y Manduley, fué leída por el infatigable Mariano Blasco Forcade, quien recogió el citado premio, para enviárselo a su autor, y el señor José de Mesa, a quien se entregó también el correspondiente premio, leyó el soneto “Paisaje” original del Sr. Francisco S. Piedra, premiado con un accésit.
Siguió después la recitación del “Romance clásico”, premiado con medalla de plata y un jarrón donado por el Centro de la Colonia Española, por su autor el señor Joaquín Aristigueta, poeta de cepa castizamente española y vigoroso recitante.
La Banda Municipal ejecutó la bonita composición “Aires Populares”, original del inteligente músico Sr. Enrique Bueno, premiada con medalla de oro.
Y leyeron, por último, los trabajos descriptivos de episodios históricos de la guerra de independencia de 1895, titulados “La toma del Ramón” y “El hijo de la brigada”, premiados con 50 pesos cada uno sus respectivos autores, los señores Angel Navarro Villar y José de Mesa Vidal. Este tema y los 100 pesos del premio fueron señalados por el coronel del E. L. señor Pablo G. Menocal que donó dicha suma.
Las medallas de oro que correspondían a los señores Medardo Vitier y J. M. Béjar, premiados por sus trabajos; el estudio “Martí, poeta, pensador y revolucionario” y la comedia “Alma Criolla”, respectivamente, fueron entregadas al señor Agustín Acosta y Mariano Blasco, así como el accésit del señor Miguel A. Macau, como premio a su comedia “El triunfo de la vida”.
El señor Aristigueta recibió también un accésit por su comedia “El doncel que se prendó de una estrella”.
A petición de la Comisión organizadora y de los Jurados, el simpatico Acosta recitó su bellísima décima “A la bandera cubana”, premiada en certamen poético nacional, por El Fígaro, y recibió una estruendosa y triunfal ovación.
Finalizó el solemne y edificante acto con el desfile de la Reina y su Corte de Amor, aclamadas por los aplausos de la concurrencia y por las vibrantes notas de un pasodoble tocado por la Banda Municipal de Santiago.
Tres poetas laureados en los Juegos Florales de 1913, han merecido justiciero honor en los de este año, y para ellos ha reverdecido el laurel de la victoria:
Agustín Acosta, la lira más vibrante e impetuosa que actualmente resuena en Cuba, con todos los entusiasmos de la juventud fecunda; Pascual Guerrero, exquisito y brillante cincelador de estrofas, digno trovador de la Reina y su Corte en el torneo de ahora, y Joaquín Aristigueta, el castizo y culto poeta a quien, líneas antes, he rendido el elogio que en justicia merece.
Junto a los antiguos triunfadores hay que citar, como notable, a otro joven vate que empieza a destacarse brillantemente y que ha sido consagrado en esta fiesta floril: Francisco Sabas Alomá, que ha acertado a interpretar, en sonoras y pintorescas décimas, el espíritu, la plasticidad y el ambiente de la rumba cubana.
Y ….no digo más, queridos amigos de El Fígaro, porque ya esto pasa de tarjeta postal y pudiera degenerar en una epístola indigesta y latosa, indigno postre de un banquete platónico tan hermoso como el de estos Juegos Florales escudados por el nombre inmortal y glorioso de nuestro gran Heredia.
Ducazcal.1 Santiago de Cuba, Mayo, 1914.
Bibliografía y notas
- Ducazcal.— Joaquín Navarro Riera. Santiago de Cuba. Prosa y verso, Santiago de Cuba, 1894; Renacimiento; Via Crucis, Habana, 1915; El Cubano Libre, Santiago de Cuba; El Fígaro, Habana 1921. (Ver Domingo Figarola Caneda). ↩︎
- Navarro Riera, Joaquín. “Los Juegos Florales pro-Heredia en Santiago de Cuba.” Revista El Fígaro. Año XXX, Núm. 21, 24 de mayo 1914, pp. 253, 254.
- De interés: Poveda, José Manuel. “Los Juegos Florales en Oriente.” Revista El Fígaro. Año XXX, Núm. 20, 17 de mayo 1914, p. 236.
Yolanda dice
Excelente y muy aclaratoria esta nota sobre los Juegos Florales que gana por segunda vez, Agustín Acosta.