El Palacio de la leche de Munguía Alejo y Hermano en el barrio del Vedado, la Habana. A su belleza urbana y a su poética idealidad de jardín une el precioso barrio del Vedado otros requisitos que le han dado gran renombre, no sólo entre los cubanos, sino en el extranjero.
Los turistas saben ya muy bien que al dejar el barco en la concurrida bahía de la Habana, lo primero que deben hacer es ir a dar un paseo por ese pintoresco parque de residencias que se llama Vedado.
Este nombre, Vedado, nos recuerda que no es así como se llamó, en los tiempos pasados, ese barrio. José María de la Torre, cronista de las cosas viejas de la Habana, nos cuenta que ese barrio se llamó de “lo Vedado”. Es decir, que estaba prohibido circular por aquellos lugares y mucho menos fabricar, porque todo lo que hoy constituye la aristocrática barriada, se tenía como zona militar y los antiguos necesitaban mucho terreno para sus defensas bélicas.
Se le tenía, además, mucho miedo a los piratas y se preocupaban de vivir lejos del litoral. Más tarde, se permitió al Conde de Pozos Dulces fomentar un ingenio de fabricar azúcar, cuyo batey se levantó en la calle E esquina a 13, manzana propiedad del señor Argüelles.
A estos datos históricos antiguos interesantes, uniremos los modernos. “El Vedado” o “Lo Vedado”, cuenta con todos los progresos que pide la vida contemporánea: iglesias, colegios, establecimientos comerciales, palaciales mansiones, jardines…
La última palabra del progreso la ha llevado allí la razón social de Munguía, Alejo y Hermano, al establecer en la calle 12 esquina a 21, una gran planta de pasteurizar la leche y fabricar helados. El apellido Munguía es popularísimo en el Vedado.
Hace muchos años, cerca de cuarenta, era Munguía el que poseía mejores vacas y vendía leche pura a los vecinos. Lo mismo puede decirse de Alejo. Los hijos de aquéllos son los que ahora acometen esta gran empresa de mejorar la leche que se consume en el Vedado.
El último Congreso de la leche celebrado en la Habana dió las normas y principios científicos para que ese alimento conserve su pureza y aumente su poder nutritivo.
Munguía, Alejo y Hermano, haciendo enormes desembolsos, instalaron los aparatos necesarios para que la leche que ofrecen al público en el gran edificio de la calle 21 esquina a 12, que bien pudiera llamarse “Palacio de la leche”, tenga todas esas garantías.
En septiembre de 1927 la firma Munguía Alejo y Hermano con domicilio en 12 y 21, Vedado, Habana, presentó una solicitud a la Oficina de Marcas y Patentes para amparar su marca de fábrica, la que producía leche cruda, cocida, así como helados y mantecado.
La Maquinaria, artefactos, pomos, gorros de garantía, tapa sanitaria, usados en la casa de Munguía eran de “La Cubana” (Cuban-Dairy Supply Co.)
Bibliografía y notas
- “Un Palacio más… Munguía, Alejo y Compañía”. El Fígaro. Año XLIV, núm. 6, Julio 1927.
- Boletín Oficial de Marcas y Patentes. Año XXII, núm. 4, Octubre 1927, p. 42.
- Personalidades y negocios de la Habana.
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