Desde hace algunos días cuantos pasan por la calle de Cuba entre O’Reilly y la estación de los carritos de San Juan de Dios, se detienen sorprendidos ante unas cuantas ventanas que llenan la fachada de una gran casa pintada de claro en cuya puerta principal que resguardan centinelas americanos, se lee descansando sobre el arquitrabe y en un gran cuadro azul de letras doradas la palabra Bank. La casa tiene un número también de oro las cifras: el número 27.
Esta casa es el Banco Americano, ó por otro nombre: “North American Trust Company” gran oficina de crédito cuya cabeza estatuida en New York extiende sus ramificaciones por el mundo. Un capital enorme anima como siempre vigorosa el cuerpo inmenso de la gran Compañía internacional de que son representantes en la Habana el notable Vice-presidente de la North American Trust Company Mr. Samuel M. Jarvis y el muy distinguido hijo de Cuba, Sr. Jaime Salicrup, gerente en la Habana de dicha Compañía.
Apenas instaladas las oficinas, se ha hecho un nombre el suntuoso Banco, cuya existencia data del año 1885 en los Estados Unidos. Cuanta actividad, cuanta inteligencia, cuanta honradez y cuanto dinero supone esta empresa para que la confianza de todos vaya como los ríos al mar, á sus oficinas de New York, de Londres, de Santiago de Cuba y de la Habana.
Pero basta conocer la vida pública de los que representan en el Banco establecido recientemente en la Habana para comprender en seguida el prestigio que le rodea apenas nacido y la confianza ilimitada que inspira.
El señor Jarvis — míster Samuel M. Jarvis, vice-presidente de la North American Trust Company — es una figura conocidísima en los Estados Unidos de América y en los Estados desunidos —ó desgarrados— de Europa. El business por grande que sea su escala, no tiene secretos para esta inteligencia vasta como un mundo y de una practica infalible.
No era un nombre desconocido en la Habana el nombre del que abrió el Banco en Santiago de Cuba, cuando el Gobierno de los Estados Unidos le eligió para establecer su agencia fiscal en Cuba. La habilidad, el tacto, la oportunidad en la aplicación de las ideas, durante la difícil época que atravesaba. La misión de Mr. Jarvis ha valido á la North American la confianza del Gobierno, a tal punto que por mediación de Jarvis es esta Institución la depositaria de los fondos del Gobierno Americano.
¿Qué más decir en su elogio después de testimoniar este hecho?
Mr. Jarvis —cuyo retrato se complace en publicar El Fígaro reside habitualmente en New York. Pero llegó á la Habana á organizar la existencia del Banco y hoy reside con su familia en el Vedado, á donde llegará nuestro aplauso y nuestro saludo.
No cerraremos este articulo sin hacer mención especial del señor Salicrup, el muy digno gerente de North American Trust Company. La Habana patriótica conoce y estima bien al señor Jaime Salicrup, sobrino del inolvidable general Narciso Lopez, en cuyo amor á Cuba se hubiera inspirado si no hubiera sido bastante el que ardía en su propio corazón por la Patria esclava y que le hizo tomar parte á la edad de diecinueve años, en la insurrección que terminó aparentemente el pacto del Zanjón.
La renombrada casa de comercio de los señores Moré, Ajuria y Comp., se vió privada de un hombre cuyos valiosos servicios eran muy apreciados por todos. Pero la revolución le reclamaba. Y fué á la de Yara. A las inmediatas órdenes de Francisco Carrillo combatió por la santa causa de la independencia.
Firmado el pacto del Zanjón volvió a la Habana otra vez á casa de Ajuria, hasta que sus negocios le llevaron á los Estados Unidos donde puestos importantes de la casa de los señores Therber le fueron confiados por su honradez. Otras casas como la Flint Eddy Co. también emplearon los servicios del señor Salicrup.
En 1885 abandonó todos aquellos halagos para desempeñar una comisión de los generales Gómez y Car […] Santo Domingo, de donde volvió a Cuba para […] Isla, y transmitir ordenes á los jefes de la nueva insurrección comenzada después en Baire. Salicrup organizó con Jarvis la sucursal de Santiago de Cuba y a continuación la de la Habana manejada y dirigida por Salicrup.
En agosto 15, 1898 el New York Times copiaba una nota del 14 que anunciaba un agente fiscal en Cuba y confirmaba la presencia del señor Jarvis, vicepresidente y administrador de la North American Trust Company, desde hacía diez días en Santiago de Cuba para establecer una agencia, después de realizado el proyecto partíria hacia la Habana para establecer allí el cuartel general para toda la Isla.
Para octubre 29 de 1898 el mismo periódico daba cuenta de que los agentes de la compañía habían rentado un edificio de tres pisos en el 85 de la calle Habana, en la esquina de Lamparilla y pensaban abrir un banco en el lugar. La Agencia actuaba como el agente fiscal de los Estados Unidos pasando por sus cuentas los ingresos, derechos e impuestos que este gobierno recolectaba.
Para la regata de la Habana en 1899 varios banqueros miembros del Club de los Estados Unidos, entre ellos H. Upmann & Co., Zaldo & Co., N. Gelats & Co. y la North American Trust Co. entre otras, ofertaron el premio que fue hecho por la Tiffany y consistía en una gran copa de 15 pulgadas de altura (38 cm) y pesaba 140 onzas de plata sterling. El premio fue recibido por el cúter del U.S.S. Texas.
Bibliografía y Notas
- “El Banco Americano (North American Trust Company”. Revista El Fígaro, (Febrero 1899).
- Poor’s Manual of Railroads of the United States, H.V. & H.W. Poor, 1899, p. 293.
- “N. Y. Trust Company Consolidation”. United States Investor, Enero 5, 1901.
- Personalidades y Negocios de la Habana.
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