En Recuerdos de Antaño: Como se llevó a cabo la construcción del primer camino de hierro en Cuba por Roig de Leuchsenring para Social.
Cuba en general, y La Habana y Bejucal, en particular, se preparan a celebrar este año el fausto acontecimiento de la inauguración del primer camino de hierro que se abrió al servicio público en esta Isla, el 19 de noviembre de 1837, once años antes de que se estableciera la primera vía férrea en España, la de Barcelona-Mataró, qué no lo fué hasta el 28 de septiembre de 1848.
De acuerdo con el informe presentado por el Historiador de la Ciudad al Alcalde de La Habana, se han iniciado ya los trabajos preparatorios para la celebración de esa efemérides.
Como no es sólo el Municipio de La Habana el interesado en la rememoración de que se trata, el Alcalde habanero ha creído oportuno promover la constitución de una junta o comité que tenga a su cargo todo cuanto se relacione con los actos que se celebren con motivo de dicho centenario;
Comisión de la que formarán parte, además del propio Alcalde de La Habana y del Historiador de la Ciudad, el Presidente del Ayuntamiento de este Término Municipal, él Alcalde y el Presidente del Ayuntamiento de Bejucal, los Secretarios de Comunicaciones y de Obras Públicas, el Secretario de la Comisión de Ferrocarriles, el Gobernador y el Presidente del Consejo Provincial de La Habana, el Administrador de los Ferrocarriles Unidos, y los representantes, al efecto designados, de la Sociedad Económica de Amigos del País, Academia de la Historia, Sociedad Cubana de Ingenieros, Club Rotario, Sociedad Geográfica, Hermandad Ferroviaria, y otras sociedades análogas; así como los Directores de los diarios y revistas de La Habana y Bejucal.
No menos entusiasmado que el Alcalde de La Habana, lo está también en el mayor éxito de esta trascendental efemérides, el Alcalde de Bejucal y el Administrador General de los Ferrocarriles Unidos.
Estas tres personalidades y el Historiador de la Ciudad proyectan realizar, cómo número principal de la conmemoración, un viaje de la Estación Terminal, de La Habana, a la Estación de Bejucal, el día 19 de noviembre, llevándose en una plancha la locomotora más antigua que se conserva en Cuba, o sea la de la línea de La Habana a Matanzas, que aunque tiene fecha 1o de noviembre de 1843, es semejante a la que corrió por vez primera de La Habana a Bejucal, el 19 de noviembre de 1837.
El Historiador de la Ciudad está reuniendo los materiales para la publicación de un “Cuaderno de Historia Habanera”, consagrado especialmente a narrar la historia del primero de nuestros caminos de hierro.
Es probable que la Secretaría de Comunicaciones propugne la emisión de un sello rememorativo de ese centenario.
La Sociedad Económica de Amigos del País, iniciadora y animadora del ferrocarril, desde el año 1830, tiene el propósito de editar en un folleto toda la documentación sobre el asunto que guarda en sus archivos. La Sociedad Cubana de Ingenieros ha de realizar estudios especiales sobre el aspecto técnico de los ferrocarriles, en Cuba.
El Club Rotario consagrará a ese centenario una o varias sesiones especiales, además de tomar parte activa en los actos del 19 de noviembre.
Mientras todos estos trabajos rememorativos se desenvuelven, dediquemos nosotros unas cuartillas en los presentes “Recuerdos” a dar a conocer algunos datos, noticias y cifras sobre el primer ferrocarril proyectado en Cuba, de La Habana a Güines, cuyo tramo inicial, de La Habana a Bejucal, se inauguró en la fecha ya mencionada, y el completo de la línea el mismo día y mes del año siguiente de 1838.
Ya dijimos que la Sociedad Económica de Amigos del País fué la promotora, en 1830, de la construcción de caminos de hierro en esta Isla, en informe que redactaron, por expreso encargo de la Sociedad, D. Juan Agustín Ferrer y el Marqués de la Cañada de Tirry, el cual mereció entusiasta acogida del entonces capitán general D. Francisco Dionisio Vives, constituyéndose por dicho gobernante una junta especial que realizó eficiente labor, aunque sin resultados prácticos hasta que la Real Junta de Fomento, continuadora del Real Consulado, tomó a su cargo el proyecto hasta ejecutarlo, impulsada por el dinamismo del cubano Claudio Martínez de Pinillos, Conde de Villanueva.
Del informe presentado en 17 de abril de 1839 por los señores D. Miguel Herrera y D. Antonio María de Escovedo a la Real Junta de Fomento, y que fué publicado, en folleto, en Madrid ese mismo año, con el título de “Camino de Hierro de La Habana a Güines en la Isla de Cuba”, aparece que el importe total de gastos del camino de hierro desde La Habana a Güines, desde el año 1835, en que la Junta de Fomento se hizo cargo de la construcción, hasta la fecha en que aparece rendido el citado informe, fué de 3.459,850, 4½ pesos, en cuya cantidad se encuentran incluidas “algunas cantidades que no tienen conexión directa con la construcción de la obra”, el importe de los almacenas de Güines, gastos de reconocimientos anteriores a la época en que se dió principio al camino, gratificaciones, corretajes, etc.
Pero “el verdadero costo de construcción el camino con sus depósitos y poder motor” fué de 2.005,478, 6½ pesos, o sean 44.566 pesos por milla.
Esa cantidad se invirtió en construir las 17 leguas del camino de hierro de La Habana a Güines, con 519.227 yardas cúbicas de escavación en tierra y roca; 483.814 yardas cúbicas de terraplenes; 7.531 yardas cúbicas de mampostería y sillería. La carrilera, incluyendo las 3½ millas de carriles en los depósitos y salidas laterales del camino, formaba un total de 48½ millas de carriles. También aparecen incluidos en los 2.005,478, 6½ pesos, el importe del poder motor en servicio “y el de las 8 máquinas inútiles traídas de Inglaterra, que debe considerarse como una verdadera pérdida de la especulación”.
Los señores Herrera y Escovedo hacen resaltar en su informe “la rectitud y economía en la inversión de los fondos”, señalando como prueba de ello, según aparece en los libros de contaduría y en los comprobantes de gastos, “las infinitas cuentas castigadas y reducidas a los precios que nos han parecido justos”.
Y de tal manera extremó su celo, en este sentido, la Junta, que casi todos los contratistas proveedores de efectos y materiales para el ferrocarril, no lograron ganancia alguna, y hasta se arruinaron. Así se desprende de este párrafo del informe:
“Los contratistas de madera de quiebra-hacha se arruinaron entregando por la inflexibilidad de la Comisión 24,009 Ps. f. de madera a precio de contrata por vía de indemnización. El de Tunel, Mr. Pascoe, murió enteramente pobre por acabar su difícil obra.
El de la loma, de Negrón, Mr. Denisson, se fugó abandonando su contrata. El del pilotaje del puente de Almendares no pudo dar cumplimiento a la suya. El de excavaciones de la roca de Vento, Mr. Avery, murió pleiteando con la Comisión, porque no se consideraba satisfecho con sus cuentas.
Los de víveres no quisieron continuar en sus contratas y buscaron quien los reemplazara. El de los depósitos de Güines que son los únicos edificios de carácter permanente que existen en la línea como lugar invariable, se lamenta del mal ajuste que hizo.”
La Comisión declara, no poder hablar de otros gastos “con la misma seguridad por la distancia que forzosamente han sido ejecutados”.
Y en cuanto a las ocho máquinas locomotivas inútiles que se trajeron de Inglaterra, afirma que se propone devolverlas, pues “trabajadas por mal plan y con descuido en la mano de obra, se vió que no eran convenientes al camino”, aunque “en honor de la verdad el cargo de la imperfección de las máquinas es más directo contra los fabricantes de ellas que contra el agente”.
Los comisionados informantes, Escovedo y Herrera, hacen recaer toda la gloria del feliz resultado de la construcción del camino de hierro de La Habana a Güines, en el Conde de Villanueva, y no en los individuos de la Comisión, pues, aseguran, “nosotros no hemos sido más que los resortes impulsados por el motor incesante de las mejoras públicas en este país, por el genio infatigable del Conde de Villanueva”.
Y si en ninguna de las reuniones celebradas por la Junta reconocieron los méritos excepcionales de Martínez de Pinillos y su labor extraordinaria en la construcción del referido camino de hierro, lo fué, dicen, “por temer que ocupando la silla de la presidencia se creyera nacida de principio poco noble esa franca declaración”.
Pero, agregan, “Ahora que no nos embaraza su presencia, faltaríamos a la lealtad y a la justicia si no proclamáramos que fué suya la primera idea de la construcción del camino de hierro;
Que a su penetración y relaciones en los países extranjeros se debió la realización del empréstito, reputado como una ilusión por los que se creían más conocedores del mercado inglés, y que desde el pedido de ingenieros a los Estados Unidos hasta, la conclusión del camino, a pesar de todas las contrariedades de todo género con que se tenía que pugnar, no reservó un solo día, un momento, a las conferencias y consultas en que nos comunicaba recursos para vencer las dificultades y tesón para continuar en la espinosa empresa”.
Bibliografía y notas
- De la Habana, Cristóbal. “Como se llevó a cabo la construcción del primer camino de hierro en Cuba”. Revista Social. Julio 1937, pp. 22, 61.
- Otros de interés: Recuerdos del primer ferrocarril en Cuba por Álvaro de la Iglesia.
Deja una respuesta