La San Francisco Mineral Water Co. de Angel Velo Filgueira en la finca Las Piedras, ubicada en el poblado de San Francisco de Paula (San Miguel del Padrón, Guanabacoa).
Las corrientes de agua subterránea o manantiales explotados por la San Francisco Mineral Water Company, se encuentran en la finca Las Piedras, ubicada en el poblado de San Francisco de Paula, a la izquierda de la carretera que conduce a Güines, a muy corta distancia de la ciudad de la Habana, capital de la Republica de Cuba.
Esos manantiales son conocidos por los más antiguos vecinos de la localidad y todos ellos recuerdan, que sus antepasados hablaban de su existencia, como algo que data de fecha inmemorial, por lo que no es aventurado asegurar, que los mismos brotaron en una época tan remota, que sería imposible precisar.
De modo pues, que su descubrimiento no ha sido debido la casualidad, ni su historia improvisada. Su aprovechamiento, en la forma industrial que lo hace actualmente la compañía propietaria si es, bastante reciente.
La finca “Las Piedras” fué propiedad del artista señor Taveira, quien en vista de la solicitud que de las aguas de la misma hacían los vecinos, que venían algunos desde muy lejos en su busca, ponderando sus cualidades curativas, se le ocurrió hacer un análisis químico de aquellas, encontrando que eran aguas absolutamente puras, libres de bacterias y además que tenían condiciones para aliviar a los enfermos más delicados del estómago.
Entre los amigos del señor Taveira se encontraba el señor Angel Velo Filgueira, quien padecía del estómago y el cual oyó hablar de las propiedades curativas del agua de San Francisco, por aquellos que la habían experimentado y, como él se había sometido a distintos tratamientos médicos sin obtener mejoría, determinó usar dichas aguas.
Los efectos benéficos no se hicieron esperar y, lleno de contento el señor Angel Velo Filgueira, pudo apreciar a los pocos meses, la eficacia del agua de San Francisco. En menos de un año, su mal había desaparecido y se sentía feliz, todo lo que puede serlo quien se ha visto torturado por ese mal, y lo hace desaparecer.
Fué entonces cuando el señor Velo concibió la idea de adquirir la propiedad de la finca Las Piedras, lo que le resultó fácil, porque habiendo ocurrido el fallecimiento del señor Taveira, sus herederos no demostraron deseos de seguir al cuidado del bien rústico, que solo tenía para ellos recuerdos tristes del finado.
Los beneficios que reportaba a los vecinos enfermos, las aguas de los manantiales de San Francisco y la experiencia adquirida por el señor Velo hiciéronle pensar en la empresa ,que al principio parecía una locura y fué, la de dedicar su atención y una parte de su fortuna a la explotación industrial y mercantil de los manantiales, para poner aquellas aguas puras, al alcance de los que la necesitaran por su dolencia.
He aquí pues, como surgió la empresa que llevó al mercado las aguas de San Francisco tan preciada hoy.
Se montó una modesta planta, para la esterilización de las aguas y su envase en botellas y garrafones, pero pronto la gran demanda que de ella se recibieron hizo necesaria la adquisición de otra planta mayor, que en 1925 funcionaba conjuntamente con la primitiva.
Por aquella época era el Sr. Sebastián Acosta el administrador general.
El paisaje que ofrece al visitante la finca Las Piedras y sus contornos, es digno de admirarse. Un terreno montañoso de exuberante vegetación en que abundan las palmeras y los árboles frutales, que tiene además la peculiaridad de que ni aún en las épocas en que la sequía ha quemado materialmente los campos vecinos.
En la finca Las Piedras, los arbustos más delicados han conservado su frescura y lozanía, recibiendo la sabia de un campo fértil, regado por la mano invisible de la naturaleza, por medio de los manantiales inagotables que se deslizan bajo el subsuelo, entre las concavidades de las rocas y la vértebra arenosa que atraviesa la finca de Este a Oeste; manantiales que nunca han disminuido su caudal.
El pozo principal o taza en que se han encerrado algunos de los manantiales, se encuentra en una hondonada o depresión del terreno y en torno del mismo existen verdaderas montañas.
Sobre las cumbres de algunas de éstas se advierten, sueltas completamente, a la superficie, enormes piedras que debieron haber estado en las entrañas de la tierra y ser lanzadas a las alturas para caer después donde hoy se encuentran a impulsos de la explosión o explosiones, de los gases contenidos en las profundidades terrestres.
Es curioso lo que sucede en torno de la finca Las Piedras. A poca distancia de la vértebra arenosa de que hemos hecho mención, no se ha encontrado jamás agua en las condiciones de la de San Francisco y si algún pocero ha obtenido el líquido anhelado, o es salobre, o no reúne las condiciones de potabilidad de aquellas y la riqueza que es el orgullo de la San Francisco Mineral Water Company.
La finca Las Piedras es además un sitio de esparcimiento y de recreo para las familias de la Capital y de los pueblos vecinos, porque bajo la sombra que proyectan los árboles frutales y los bambúes, hacen sus meriendas y comidas, para las que se han construido rústicas mesas ad hoc1, disfrutando del puro ambiente y el sutil perfume de las flores que allí se aspira.
Bibliografía y notas
- Para referirse a lo que se dice o hace solo para un fin determinado. Real Academia Española. ↩︎
- San Francisco Mineral Water Co. en El Libro de Cuba. Habana: Talleres del Sindicato de Artes Gráficas, 1925. p. 803.
- Personalidades y Negocios de la Habana.
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