
Alberto Lovio es un poeta de amor. Es su tema, sin más visión del universo. Pero ha escrito, dentro de la órbita tantas veces recorrida por romeros alucinados, sonetos muy hermosos.1
Véase éste con que decoro la referencia. Lovio tiene un libro inédito: POEMAS AZULES, que es lástima no se haya decidido a darlo a la publicidad. Más allá de las escuelas literarias —los “ismos” son las altas y bajas de la temperatura intelectual —Lovio hace su trabajo sonoro con la seguridad de quien siembra rosas:
“¡Qué romántico amor mi amor primero!
¡Qué inefable ilusión, cuánta poesía
en una niña que jugar solía
con un chiquillo indominable y fiero!
Casto idilio de amor junto a un cantero
del viejo parque que el laurel cubría!
Me miró con rencor, se puso fría
cuando me dijo pálida: Te quiero!
Pero el tiempo pasó, llegó aquel día
que cambiamos los dos de derrotero
por un mandato de la suerte impía!
Y, a pesar de los años, la venero:
como que era una niña y no fué mía,
su castidad la convirtió en lucero…”
Indecisión de Hamlet.2
Mi espíritu es un caos: pienso y dudo.
Dudo, y pensando en no dudar, prosigo.
Pienso ya en no pensar; y va conmigo
El pensamiento, pertinaz y mudo
Quiero obrar y no sé… Tengo el escudo
De la razón; y con razón maldigo
De ella; tan incapaz que a mi enemigo
Deshacer en su vórtice no pudo…
¡Tente, pues, ¡Oh venganza, tente!… El cielo
Ronca te quiere ver… iya Hamlet mismo
Cede y se anula con su propio anhelo!
¡Muerde, muerde, voraz escepticismo!
¡Muerde! —Y abre después tu antro de hielo
¡Oh, desesperación, como un abismo!
Matanzas. Alberto Lovio
Versos Hermana de la Caridad3
Los últimos del poeta. Del bardo de las “Matanceras” como bien pudiera llamar a quien me honra siempre con las primicias en la publicación, de sus bellas Inspiraciones.
¿Cuál otro que Alberto Lovio? Poeta intenso, buzo de almas, tienen sus estrofas el privilegio de tocar los corazones. Nadie que nos hable al espíritu con la dulce melancolía del bardo triste…
Es el poeta de las brumas. Así decíaselo, en la fiesta reciente en la casa de los Corresponsales, él ilustre Príncipe de la Iglesia Monseñor Saínz. Estaba presente cuando manifestó el Obispo, sus deseos de conocer a Lovio. A él fué presentado por Horacio Oliva, y oí de labios del Prelado los elogios más cálidos para el poeta de las “Matanceras”.
“Hermana de la Caridad” se titulan esos versos de hoy. Regálese el lector con ellos:
HERMANA DE LA CARIDAD
Todo era en tí fulgor, todo belleza. Verde el rosal y blancos los senderos, cuando en la dulce paz de tus aleros puso su negro nido mi tristeza. Con qué ingénua ilusión, con qué terneza tus ojos, grandes como dos luceros, colmaron de ternura los aleros para ahuyentar del nido mi tristeza. Tu vida alegre y clara como el día se ungió en la gracia de un “Ave María”, mística, ofrenda de tu castidad... Y fué en el rezo tu emoción tan franca, que desde entonces la capucha blanca llevas... Hermana de la Caridad...
Un poema de Alberto Lovio a Silvia Blanco desde la pluma de Manolo Jarquín4
Nombre de soberana. La majestad y la realeza, la hermosura y la belleza, encarnadas en su airosa figulina que responde por Silvia Blanco y que ha obtenido el primer puesto en el Certamen de “El Mundo” en la ciudad de Matanzas.
Irá a la selección con las otras de la provincia, y como en ésta ha de salir triunfante, irá después con las otras reinas al sorteo del que saldrá proclamada la Soberana de soberanas. Blonda la señorita Blanco, blonda y airosa, fina y gentil y agradable y simpatiquísima en su trato.
De ella escribió no ha mucho el poeta Alberto Lovio, al pie de su texto publicado en las páginas de la revista “Albores”, estas inspiradas estrofas:
Es la rubia excelsa de la pintoresca
barriada que habito, la rubia ideal,
de los labios rojos la risa burlesca
y en los ojos glaucos la gracia imperial.
Al mirar su porte de innata realeza;
al ver sus cabellos de trigo garzul,
¡Oh! Nervo —he pensado— he aquí la belleza
que clavó tan hondo la mirada azul...!
Oh, la rubia excelsa de la versallesca
barriada que habito; la rubia burlesca,
que esparce la esencia del ansia inmortal...
¡Y entre Fina y Emma, Georgina e Isela,
parece que surge, parece que vuela,
de algún fascinante jarrón oriental...
Alberto Lovio ¿Presentía el poeta el, triunfo de Silvia? No, porque cuando vieron la luz estos versos, no figuraba aún su nombre como candidata en el Certamen. Para festejar su victoria ofrecerá la señorita Blanco una fiesta en el patio del Hotel París. Así lo anuncia el confrére Eduardo Alfonso, en sus siempre leídas notas de “El Jején”. A vuestros pies, Majestad.
Manolo Jarquín
Alberto Lovio en Poetas y Literatos de Matanzas por Medardo Vitier5
De más reducida ejecutoria es Alberto Lovio, joven también y merecedor de que se le conozca más en nuestro mundo literario. Es el poeta de motivos eróticos cantados con ternura singularmente delicada. Parece que en el cordaje de su lira no se modulan ni gimen sino los madrigales irisados de fúlgida tristeza. Y en sus versos de amor resalta la melodía verbal que acompasa los tonos emocionales. Pocos le igualan en lo delicado de sus efusiones. Eso sí, sus asuntos tienen cierta uniformidad que contrasta con la variedad de motivos de Agustín Acosta.
Bibliografía y notas
- De Piedra-Bueno, Andrés. Matanzas y sus poetas. Impresores P. Fernández y Cía., 1939, p. 22 ↩︎
- “Indecisión de Hamlet”. “Revista Juventud. Año II, V. Núm. 8. (58), 28 de octubre 1911 ↩︎
- Jarquín, Manolo. “Versos”. Diario de La Marina. Año XCI, núm. 231, 9 de noviembre 1923, p. 6. ↩︎
- Jarquín, Manolo. “Silvia”. Diario de La Marina. Año XCI, núm. 175, 24 de junio 1924, p. 13. ↩︎
- Vitier, Medardo. “Poetas y Literatos”. Magazine La Lucha. 1924, pp. 115-116. ↩︎
De interés: Escritores y poetas de Cuba
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