La Compañía Nacional de Calzado S. A. una Industria Nacional. —Impresiones de la visita de un cronista. Entrevista de interés. Una afirmación enérgica del progreso de Cuba.
Somos optimistas por reflexiva convicción acerca de nuestro porvenir nacional. Es más, tenemos la certeza de que la República está actualmente atravesando una hora maravillosa de progreso.
Una lluvia de oro la inunda de Oriente a Occidente, cuajando las fecundas simientes del trabajo, en espléndida floración de riqueza. La misión de un cronista es reflejar, proporcionar a su lector un matiz, un aspecto, una fase del cuadro que haya examinado.
A los pesimistas, a esos estériles y enlutados caballeros de la negación impenitente los invitamos a que nos sigan al laborioso barrio de Villanueva, donde se levanta la gran manufactura de la Compañía Nacional de Calzado, que es fuente de la vida de dicha barriada y factor importante del movimiento industrial cubano.
Nosotros atravesamos los umbrales de la fábrica, curiosos y observadores, buscando a un financiero conocido en nuestros altos círculo s mercantiles: el señor Sebastián Benejam, propietario de las populares y acreditadas peleterías Bazar Ingles y Washington.
Con el señor Benejam nos ligan antiguas relaciones. En un despacho severo y elegante saludamos al opulento comerciante. Sobre la mesa, un cúmulo de papeles y a su alrededor varias personas nos indicaban que el señor Benejam, embargado por el trabajo, no nos podía atender.
Su diestra se extendió y ofreciéndonos excusas amables, por no serle posible atendernos, dió instrucciones a un caballero simpático y correcto, que es el subdirector: el señor José Triay León.
El señor Triay se adelanta al periodista con obsequiosa diligencia, diciéndonos:
—El señor Benejam y yo estamos atareadísimos. Usted no puede calcular el trabajo que pesa sobre nosotros, como director general y subdirector, que somos respectivamente. Pero estoy a sus órdenes.
—¿…
—Este edificio fue, oportunamente, adaptado para instalar la fábrica del señor Benejam, una modesta manufactura que inició en 1911este emprendedor hombre de negocios con un pequeño capital de $6,500. El primer año vendió unos $65,000.
—¿…
—Éxito completo, sí. Y tan grande, que en 1918 surgía de esa fábrica humilde la sociedad anónima Compañía Nacional de Calzado, que fabrica 2,000 pares diarios.
—¿…
—Personalidades muy conocidas en el mundo financiero: señor José Marimón, ocupa la Presidencia; me será grato proporcionarle relación completa del Consejo de Administración. Escriba.
Anotamos estos nombres muy distinguidos en nuestra vida comercial:
- Presidente, José Marimón Juliach;
- Vicepresidentes, Armando Godoy, Gustavo Godoy;
- Tesorero, Antonio J. Rivero;
- Secretario y Letrado, Fernando Ortiz;
- Director general, Sebastián Benejam;
- Subdirector, José Triay León;
- Vocales, Alberto de Armas, Juan García Elizagaray, Bonifacio Menéndez, Rafael Mercadal, Francisco Pons Escudero, Francisco Rocaberti, Ramón García, Laureano López, Bernardo Solís, Francisco Tamames, José S. Vila Redondo, Pedro Villoldo, Enrique Rodríguez, Hilario Llano.
—¿… ?
—Nuestro presupuesto de jornales ascienden a $600.000 por año. Usted comprenderá que, unido al buen trato y al espíritu de justicia que nos anima, una remuneración equitativa como indica esa cuantiosa cifra total, aleja toda sombra de discordia. Entre la empresa y los trabajadores sólo existe una cooperación cordialísima.
—¿… ?
—Sí, los negocios se desenvuelven con asombrosa prosperidad. No podemos, casi, atender los pedidos por falta de capacidad.
—¡… !
—Efectivamente, Ud. ha visto la fábrica y le parece grandiosa. La manufactura está bien instalada. Sus cinco galeras, como usted ha visto, son amplias y cómodas. La organización es buena…
—Gracias por su calificativo. Si no admirable, como usted dice, al menos responde a un plan serio y metódico. Pero, amigo periodista, fabricamos dos millones de zapatos y hay ya que triplicar esa cantidad para poder servir a los clientes. Esto requiere ampliar considerablemente nuestros talleres… y a ello vamos pronto.
—¿… ?
—Al lado se está levantando un edificio capaz de contener los talleres y oficinas. Entonces uniremos trece fábricas más a la empresa.
—¿… ?
—Las obras están terminándose. EL mes que viene, a más tardar en noviembre, será inaugurado el nuevo edificio de tres plantas…
—¿… ?
—1400 metros cuadrados. Este barrio no cuenta otro mejor. La prosperidad de Villanueva radica en la Compañía, pues casi todos los obreros residen en él. Una población laboriosa y extensiva ha venido así a ser nervio vital. Esto le probará que el progreso es múltiple y a la vez uno, surgiendo de cada uno de sus manantiales, canales bienhechores.
—¿… ?
—No me molesta. Mire usted, y señaló para un par de zapatos elegantísimos que le trajo un empleado —un nuevo modelo. Este tipo, exclusivo de nuestra fabricación, será la nota sensacional del mercado dentro de unos días.
Nos despedimos del finísimo “gentleman”, cuya juventud, inteligencia y capacidad, le hacen digno subjefe de esta formidable, potentísima empresa, hermosa y fecunda iniciativa del señor Sebastián Benejam, el talentoso y audaz financiero que en 28 años de residencia en Cuba se ha creado brillante posición económica, sirviendo a la vez, al país, con obras como estas de la gran Compañía Nacional de Calzado S.A., que es una afirmación enérgica del progreso de Cuba, dado su auge y florecimiento y su espléndido porvenir.
Bibliografía y notas
- “La Industria Nacional: La Compañía Nacional de Calzado S. A.” El Fígaro Periódico Artístico y Literario, Año XXXVI, núm. 33, Agosto 31, 1919, pp. 913-914.
- Personalidades y negocios de la Habana.
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