
El bello porvenir del turismo nacional y las iniciativas del Dr. Carlos Miguel de Céspedes. El Casino y los primeros pasos en el Reparto de la Playa. Adquisición del Hipódromo de Oriental Park e importación del Havana-American Jockey Club. Influencia decisiva de la Comisión del Turismo sobre el mejoramiento de las condiciones en la Habana. La construcción del Gran Hotel Nacional y el viaje del Mauretania rematan los esfuerzos que rinde el dinámico en pos de la temporada.
Carretera Central y Capitolio
Tarafa, Viriato, Molinet, Menocal, Portuondo, y hasta los apellidos anglo-sajones de Smoot, Borah, Spreckels, etc., son nombres que se barajan diariamente en los cables en conjunción con el problema azucarero que constituye la preocupación principal del gobierno del General Machado.
Controlar las ventas mediante una compañía central y reducir las zafras, son temas conocidos que se debaten con más o menes autoridad y conocimiento de causa en todos los círculos financieros locales. Sin embargo, una zafra cuyos resultados prácticos cada día van en aumento, se acerca a pasos agigantados sin que, fuera de algunos centros, se aperciba en debida forma el cubano para aprovechar la dorada cosecha de nuestros inviernos.
El turismo, segunda zafra como ha sido en justicia llamada, crece cada día en importancia, y de mero detalle o aspecto pintoresco de nuestro medio en los meses fríos, se ha ido consolidando hasta llegar a ser verdadera preocupación que requiere la atención de múltiples oficinas. El que no ha visto la correspondencia que cruza por la Oficina central y Secretaría de la Comisión, no sabe hasta donde ha llegado el turismo.
Negocio de hoteleros, fotingueros e intérpretes como fué calificado al principio, sus argentinas vetas se extienden a numerosos otros sectores, y el propietario, el profesional, el empleado, el artista, el hombre de pluma, el industria, el obrero de los muelles y el de pico y pala, medran directa o indirectamente de las marejadas del turismo, sin que ni el propio empleado público pueda considerarse exento de beneficios, puesto que cuanto mejor se encuentre económicamente el contribuyente, tanto mejor estará el Tesoro para afrontar los egresos del fisco en personal y material, bienes y cuentas.
Ley del Turismo
En la playa de Varadero sancionó el General Menocal la famosa Ley del Turismo de 8 de Agosto de 19191, la que estableció la reglamentación para los espectáculos de habilidad, fuerza y destreza en que cruzaran apuestas en metálico y se creó la Comisión del Turismo que ha realizado la labor lenta, ingrata y poco apreciada, de encauzar hacia el bolsillo de centenares de Industriales, comerciantes y obreros cubanos, el efectivo que de otra manera nunca hubiera llegado a territorio nacional.
Sucesor del doctor Ricardo Dolz en la Presidencia de la Comisión, el doctor Carlos Manuel de la Cruz ha sido el taumaturgo bajo cuya dirección la invasión invernal de turistas ha ido sucesivamente en aumento de los 31,556 que nos visitaron en la temporada de 1925-26, a los 62,547 que arribaron a puertos cubanos en 1927-28 y 83,672 en 1928-29.
Sin embargo, oculto detrás de la Comisión del Turismo un hombre ha contribuido más que ningún otro a que cuando Cuba titubea ante el porvenir de su zafra azucarera, empiece a vislumbrarse la posibilidad de que ésta pueda ser ventajosamente sustituida.
Dirigiendo entonces sus actividades como particular al frente de la conocida firma de Céspedes y Cortina, preparó el camino para que al pasar a la vida pública, pudiera lograr con la decidida adhesión y simpatía del actual Presidente de la República, General Machado, la consolidación definitiva de la Habana como magnético centro invernal de turismo, a cuyo encanto cada, día en mayor número se rinden los adinerados ciudadanos de la gran nación vecina.
Paso Inicial
El Casino Nacional y el balneario de la Playa, encerrado dentro de un bello reparto, fué el primer paso que dió el doctor Carlos Miguel de Céspedes con sus socios, los doctores José Manuel Cortina y Carlos Manuel de la Cruz, hasta la construcción sobre sólida basamenta, de atracciones que ofrecer al turista que no se contentará con la contemplación de las movidas costumbres, atmósfera extranjera y la flora y fauna tropicales.
Páginas luminosas se trazaron en aquel Casino Nacional y el propio Monte Carlo hubiera tenido pronto otro formidable rival, como Deauville, Niza, Palm Beach, Biarritz y Ostende, si la catástrofe azucarera no hubiese impuesto un cariz totalmente distinto a la situación.

No había quedado aun libre de polvo el aire y la visibilidad seguía siendo baja, cuando por una operación afortunada fué a sumarse el Hipódromo a las ya vastas propiedades del doctor Carlos Miguel de Céspedes.
Nuevo en el negocio, fueron muchos los que pronosticaron en aquel entonces que la desaparición del hipódromo de Marianao no se haría esperar. Cuando Surley Brown anunció su retirada definitiva, el cántico a los difuntos partió de muchos labios. Oriental Park volvería a ser estancia abandonada y sin vida.
Fué en ese momento histórico que entró Carlos Miguel de Céspedes en tratos con los intereses que dirigían John McEntee Bowman y Charles Flynn. Tres meses escasos faltaban para la fecha en que solía en mítines anteriores abrirse el Hipódromo, y parecía casi un imposible que pudiera a tiempo ponerse en movimiento el complicado engranaje para dar la temporada.
Escala Ascendente
Todos los inconvenientes fueron salvados. Cediendo aquí y suavizando asperezas allá, se instaló en Oriental Park el progresista Havana-American Jockey Club, y desde entonces, bajo sus auspicios, se ha ofrecido temporada tras temporada, en la que ha ido en escala ascendente, no obstante la gravosa época que atraviesa la República, tanto la calidad del ganado equino y espectáculo hípico en sí, como los visitantes que colman la Casa Club, hasta llegar al bello espectáculo que ofreció en nuestra última “soirée” invernal.
El que conoció el Hipódromo de Oriental Park diez años atrás, la costaría trabajo hoy reconocerlo, en tal grado se le ha embellecido en su terreno y construcciones. El Havana-American Jockey Club no ha reparado cuando de levantar el cartel de su propiedad se trata, y así vemos como durante este verano se ha modernizado totalmente la mutua mejorando el servicio de los establos conduciendo a los mismos una gran cañería de agua, hecho una instalación sanitaria completamente nueva en la Casa Club, y múltiples obras más en el Paddock y Glorietas.

Al propio tiempo que el Hipódromo, se ha construido un bellísimo balneario de la Playa que dirige con singular acierto Ramoncito Ebra; el reparto Havana-Biltmore, que se ofrece como un sueño en el antiguo refugio de mosquitos y cangrejos, es un eslabón más en la deslumbrante tiara que circunda el frente marítimo de Marianao a la Habana, y hoteles como el Almendares, Sevilla-Biltmore, Presidente y otros que se pueden citar, han venido a contradecir los pesimismos de los que al caer el precio del azúcar, abandonarnos Brown y pasar a manos muy cubanas nuestros principales centros invernales de esparcimiento, pronosticaron el definitivo eclipse de Cuba como centro turista de invierno.
El Dinamismo
Y ahora, cuando desde la Secretaría de Obras Públicas cumple el ofrecido programa del General Machado, dotando a Cuba de la gigantesca obra de ingeniería que se conoce como Carretera Central y su bellísimo Capitolio como nuevos alicientes para visitar la República y su campiña, sigue pulsándose directamente la influencia de Céspedes en el gran mundo particular de los negocios que gira en derredor del turismo.
Ausente en Francia su querido amigo y compañero doctor Carlos Manuel de la Cruz, que aúna al viaje de placer a la labor de traer a Cuba este invierno una gran compañía de revistas parisina, con su cooperación decidida y ayuda dinámica.
Se desmorona la antigua batería de Santa Clara para ceder el lugar a un gran Hotel desde el cual dominar el Golfo, y en el puerto de la Habana penetrará este invierno el antiguo rey de la velocidad y monstruo de los marea, el célebre “Mauretania”, cuyo récord de travesía del Atlántico ha sido batido por el Bremen.
Compañero del malogrado Lusitania, hundido en la guerra mundial, el Mauretania dará dos viaje a la Habana, trayendo miles de turistas sedientos de placeres y diversiones que hoy podemos ofrecerles.
Poco apreciado aún, el Turismo va tomando cada día mayor importancia en la economía nacional, y al echar una mirada retrospectiva, confesamos que ninguna otra persona ha contribuido más a hacer del mismo, hermoso presente y grandioso porvenir, que el doctor Carlos Miguel de Céspedes.
Bibliografía y notas
- Ley del turismo de 8 de agosto de 1919. Habana: Rambla, Bouza y Ca, 1919. ↩︎
- “El bello porvenir del turismo nacional y las iniciativas del Dr. Carlos Miguel de Céspedes”. Diario de la Marina. Año XCVII, núm. 265, 23 de septiembre 1929, p. 16.
- Personalidades y negocios de la Habana
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