Tomás Estrada Palma viajó desde Central Valley en los Estados Unidos hasta Gibara (Oriente) en Cuba para atravesando la Isla por tierra y mar finalmente desembarcar en la Habana. El 20 de mayo de 1902 se efectuaría la ceremonia que daba por terminada la ocupación norteamericana y lo entronizaría como el primer presidente de la república de Cuba.
En la Avenida de los presidentes, calle G del Vedado, se yergue un conjunto en el que una atenta figura femenina va escribiendo en la línea del tiempo. Sobre el pedestal donde estuvo la estatua solamente quedan los zapatos de Tomás Estrada Palma, primer presidente de la República de Cuba inaugurada en 20 de mayo de 1902.
Usted al pasar, podría preguntarse a quién se le habrá ocurrido hacer un monumento a unos zapatos… Por suerte, tuvo el escultor Giovanni Nicolini la delicadeza de acompañar al presidente Palma de la señora Patria, la que sería preferible llamar Historia.
Y cuenta esta historia que el 31 de diciembre de 1901 se celebraron en Cuba las primeras elecciones que enfrentaron a dos ex presidentes de la república en armas:
Tomás Estrada Palma lo fué durante la Guerra Grande y Bartolomé Masó en la que acababa de concluir en 1898. Estrada Palma, quien recibió de José Martí la responsabilidad del Partido Revolucionario Cubano, fue apoyado por el Generalísimo Máximo Gómez. Masó se retiró al final de la contienda electoral quedando vencedor el viejo bayamés.
Hacía años que Estrada Palma residía en los Estados Unidos. En el Central Valley, estado de Nueva York, dirigía un colegio y desde allí conspiraba como delegado para enviar armas y pertrechos a las tropas independentistas.
Fijada la fecha en 20 de mayo de 1902 para la entrega de poderes y cese de la ocupación norteamericana emprendió viaje don Tomasito. También conocido como “El Maestro” se despidió el 15 de abril de sus vecinos en Central Valley y abordando en Norfolk el vapor Almirante Farragut se dirigió a su querida Isla.
No fué directamente a la Habana. Su primer destino era la zona Oriental de Cuba. Desembarcó el domingo 20 de abril en Gibara siendo recibido por un pueblo tan entusiasmado que desenganchando los caballos del coche que debía de conducirlo tiraron de este hasta el Ayuntamiento.
Al día siguiente está en Holguín y sale a caballo dirección de Bayamo que es su ciudad natal. Allí está desde el 23 hasta el 29 de abril. Va hasta Manzanillo y zarpa para llegar alboreando el 1 de mayo a Santiago de Cuba. Las muestras de alegría son numerosas y los honores también.
A bordo del vapor Julia se despide de la capital de Oriente y toca puerto en Santa Cruz del Sur para seguir por mar hasta Cienfuegos donde desembarca el 6 de mayo sonando las diez campanadas. Villaclara será la próxima parada y en tren la partida dirección de Matanzas en la mañana del 9. Son ovaciones repetidas las que recibe el presidente á su paso por Jicotea, Santo Domingo, Manacas, San Pedro de Mayabón y Macagua.
En Colón lo recibe el pueblo en masa y almuerza en la casa consistorial para seguir camino en tren expreso hasta Matanzas junto a las autoridades de aquella ciudad, el general Betancourt, el alcalde Lecuona, la Audiencia en pleno, el jefe de Bomberos y muchos otros.
Haciendo paradas cortas recibió el presidente las ovaciones de los pueblos y estaciones de Guareiras, Cuevitas, Isabel, Corral Falso, Navajas, Güira, Bolondrón, Unión de Reyes, Sabanilla, Cidra y Guanábana.
Estrada Palma demostrando notables conocimientos y potentísima facultad de retención á cada comisión de esos pueblos les hablaba con entusiasmo de hechos por ellos realizados en beneficio de la patria y sus hijos más preclaros.
A las siete y media de la noche llegó el presidente con su comitiva á la bella ciudad de los dos ríos.
Un gentío inmenso llenaba la estación del ferrocarril; allí estaban las sociedades con sus estandartes formados por grupos, comisiones diversas y el pueblo en masa, disparándose formidables bombas.
Los músicos cantaron el himno nacional.
El presidente salió rodeado de los gobernadores de Santa Clara y Matanzas, de la Audiencia en pleno presidida por el Lcdo. Plazaola y Cotilla; el cabildo con Lecuona á la cabeza y otros funcionarios, entrando el presidente en una linda carroza tirada por dos briosas parejas de caballos espléndidamente enjaezados.
En Matanzas fue agasajado, se efectuó la presentación oficial en los salones del Ayuntamiento y una velada literaria en el Liceo. El 10 de mayo se realizó una revista escolar y al mediodía compartió en las alturas de Monserrat un almuerzo campestre obsequio de la colonia española de Matanzas.
Á las tres de la tarde hubo recepción en el Ayuntamiento y en esa noche de sábado el pueblo de Matanzas se despidió del señor Estrada Palma con un soberbio banquete que se efectuó en el teatro Sauto de la hermosa ciudad.
En seguida que terminó tan brillante acto, el presidente y su comitiva se dirigieron al vapor Julia, acompañados de cuantos asistieron al banquete y de una inmensa muchedumbre que lo aclamaba. Después de las tres de la madrugada se hizo á la mar el Julia con dirección á la Habana donde hizo su entrada en la mañana del día once.
A bordo iba Tomás Estrada Palma en ruta hacia el 20 de mayo de 1902.
Bibliografía y notas
- Revista El Fígaro. Año 18, núm. 18, 19 y 20, mayo 20 de 1902.
- Llegada de Estrada Palma a Gibara. “La nota del día”. Diario de La Marina. Año LXIII, núm. 93, Lunes, 21 de abril 1902 (E. Tarde), p. 1.
- De interés: Tomás Estrada Palma.
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