Es un escritor cubano, pero genuinamente francés de la mejor cepa literaria de París.
Qué seducción, qué brillantez, qué gallardía para construir la frase, con el nervio vibrante del oriental y el sentimiento delicado del indo-americano!…
Francisco García Cisneros pertenece a la escuela revolucionaria, moderna.
Tiene del simbolismo, la idea filosófica y luminosa y del modernismo la frase multicolor, sintética, y nerviosa, tomando a la vez del decadentismo, la variedad en la novedad dentro del corte artístico de la forma.
Decadente, simbolista ó modernista, ha adoptado esos métodos, elevándolos á la categoría del pensar alto y del sentir hondo, diversamente de los que han convertido esas escuelas, en el bien difícil arte, de que las palabras suenen como música sin llegar a expresar ideas; música armoniosa, pero sin la electricidad del pensamiento, y sin la savia de las ideas.
Sus cuentos, sus siluetas, sus poemitas, son centelleos poéticos en prosa; cuadritos japoneses, en que ríen la poesía y el ensueño, en artística combinación, sentida y humana.
Y hoy que nos inunda, produciéndonos casi la asfixia, ese cúmulo de libros de versos viudos de poesía y anémicos de ideales, devoramos con ansia el divino manjar, cuando cuando en las producciones de García Cisneros le hallamos viril, bello, artístico, sin que se sienta, la falta del ritmo y del consonante.
En ocasiones es pródigo de metáforas, de recursos artificiosos y deslumbradores. En sus camafeos ó Dessins, como él los titula, su pluma hace derroche de colores, unas veces vivos, unas veces vivos, brillantes, otras opacos y confusos, como orgías de rayos de sol, rotos por el prisma que los descompone.
García Cisneros es un oriental, escribiendo bajo un cielo gris y nebuloso, que tan pronto siéntese influenciado por su temperamento de artista, como por el medio en que actúa. Conocedor del secreto con que el arte presta color y relieve á sus creaciones, diríase que él ha realizado la teoría que Rimbaud y Rene Ghil propagaron pretendiendo darle, el sonido harmónico para los diptongos y el color definido para las vocales.
Manifiéstase en sus trabajos, la predilección que él siente por la critica literaria, por el delineamiento sintético de los autores flamantes y las obras nuevas.
Y cuán donairosa y aristocrática, no es, su manera de sacar á luz defectos y cualidades, poniendo su contingente de erudición y de agudeza, para anonadar y vencer en el proceso por él formado!…
Si estudia, por ejemplo, un libro de Ambrogi, es un gimnasta por la destreza y agilidad con que le da una lanzada terrible, horrorosa, como es la revelación de que Ambrogi no conoce París, ni ha estado nunca en Biarritz.
Y para que la victima no sienta el dolor de la herida, le regala con un lindo ramillete de flores de su ingenio, gardenias y miosotis, rosas y claveles, artística y bellamente combinados.
Entre paréntesis debo decirle á mi joven amigo Ambrogi, que si él como fotógrafo literario, ha perdido en verismo y localidad en cambio el literato ha ganado, dadas esas descripciones imaginativas y fantásticas que no hubieron menester del modelo para resultar vívidas y gráficas.
García Cisneros no ha caído tampoco en esas puerilidades de_algunos decadentes que, para darle tono aristocrático y fascinador á sus cuentos y narraciones, vanse en pos de reinas y princesas, que apenas si han conocido en retratos, y muy campantes y ufanos, háblannos de esos encumbrados seres, con quien ellos se codean y conocen en sus intimidades, quitándole así á nuestra literatura, la primera cualidad que debe poseer: ser representante de nuestras ideas democráticas y liberales en todas sus formas.
Mercedes Cabello de Carbonera.
Bibliografía y notas:
- Cabello de Carbonera, Mercedes. “Francisco García Cisneros.” Revista Ilustrada Cuba y América, Enero 1900: 23, 24..
- Escritores y Poetas
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