
Fue La Isla de Cuba decana entre los establecimientos dedicados al giro de tejidos en la ciudad de la Habana. Su fundación data del año 1866, fecha en que fué establecida por su fundador, en una pequeña casa de techo de tejas, en la misma esquina de la calzada del Monte No. 55 a 57 entre Suárez y Factoría, donde continuaba en 1925.
En el año de 1880 el señor Víctor Campa y Blanco, empleado de la firma fundadora desde el año 1876, compró el establecimiento permaneciendo desde entonces al frente de la dirección de los negocios de La Isla de Cuba.
Más tarde, en 1891, vino a su lado el señor Manuel Campa y Alvarez y al igual que don Víctor continuaba en estado activo concluido el primer cuarto del siglo XX.
A estos dos hombres se debía la prosperidad de La Isla de Cuba, eran ellos los taumaturgos milagrosos que hicieron de una tienda de poca importancia, un establecimiento que contaba por millones de pesos, la cifra anual de sus negocios. Un raro talento natural y una constancia rayana en la obstinación, unidos entre sí han sido los autores del milagro.

La casa popularmente conocida contaba con una clientela de todas las clases sociales, desde las más altas y hasta las más humildes recibían igual trato esmerado. Con el lema de “No importa la utilidad, no importa la pérdida; vendamos siempre al precio más bajo” llevaban su negocio adelante.
La casa mantenía relaciones comerciales con todos los mercados del mundo, y la extensión de su crédito era ilimitado. Pasaron incólumes a través de las grandes crisis comerciales y al contado pagaban en todos los mercados. Esta norma no fué cambiada en nada durante el crack bancario y comercial de 1920-21.
Los edificios en que estaba situado el establecimiento pertenecían a los señores Víctor Campa y Blanco y Manuel Campa y Alvarez.
Bibliografía y referencias:
- “La Isla de Cuba.” en El Libro de Cuba. Habana: Talleres del Sindicato de Artes Gráficas, 1925. p. 865.
- Personalidades y Negocios de la Habana
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