El U.S.S. McPherson: El Barco de los Muertos en Matanzas. Para los amantes de la pesca deportiva y submarina que recorren las costas de Matanzas es sabido desde hace muchos años que al oeste de esta ciudad restos de un antiguo naufragio cubren el suelo marino. Algunos mencionan una caldera y otros planchas de hierro. Pedazos dispersos de los que queda muy poco en la actualidad son los testigos olvidados de aquel barco perdido. Pero ¿Qué sucedió allí?
Corría el año de 1901 y Cuba desde que los Estados Unidos derrotaran a España había sido oficial y militarmente ocupada por los norteamericanos desde el primero de enero de 1899. Implicaba esto organización y logística, además de movimientos de tropas y para ello contaban con varios transportes marítimos.
El navío McPherson era uno de estos transportes. Construido de acero en Belfast, Irlanda, en 1880 por Harland & Wolf tenía cerca de ciento veinticinco metros de largo, más de nueve metros de manga, unos ocho y medio de eslora y era capaz de alcanzar una velocidad de trece nudos.
Nombrado British Queen fue vendido por sus propietarios en 1889 y devino el Obdam para cubrir la ruta desde Róterdam en los Países Bajos pasando por Bolonia en Francia hasta Nueva York. Para el doce de julio de 1898 fue nuevamente vendido por Samuel D. Coykendall en la suma de $250.000 y se convirtió en el navío de transporte del ejército de los Estados Unidos U.S.S. McPherson.
Cerca de las seis de la mañana del lunes cuatro de febrero de 1901 navegaba el McPherson en una densa niebla muy cerca de la costa entre Matanzas y la Habana. El choque estremeció toda la estructura al encallar contra el bajo fondo. Los pasajeros fueron informados y se comenzaron los preparativos para transbordar el cargamento.
Rápidamente desde la Habana y Matanzas, distante esta última unos ocho kilómetros del lugar del accidente, llegaron chalupas y remolcadores. Se comenzó la descarga de los pertrechos del ejército continuándose esta actividad hasta el anochecer y con la marea alta se intentó a las diez de la noche arrastrar la embarcación lejos de la costa. Aunque los remolcadores se esforzaron no pudieron mover al encallado McPherson.
Esa misma noche se levantó un fuerte vendaval desde el noroeste. Con unos cuatro metros de agua bajo la proa la popa del barco fue violentamente empujada hacia la costa quedando el navío paralelo a esta. Allí quedó con sus costuras abiertas y el agua inundando su sala de máquinas. La lógica ordenaba el abandono del barco y orden fue dada para hacerlo a la mañana siguiente.
El capitán Edward Henricks graduado de la Academia Naval tranquilizó con sus maneras tranquilas y serenas a los pasajeros. El martes en la mañana se había improvisado una especie de calzón boya para desembarcar los pasajeros.
Priorizándose las damas fue la esposa del Coronel William Powell la primera atada al artefacto para el viaje inicial. Bajo la mirada del esposo en cubierta fue lanzada con una orden por el costado del barco y se deslizó casi tocando las olas hasta la orilla donde aterrizó sin contratiempos, siguieron en orden los Coroneles Powell y Dunwoody, los capitanes McCormick y Whipple, el Contramaestre Hutchinson, los destacamentos a bordo de los Segundos y Séptimo de Caballería así como el Segundo de Artillería, hasta que llegó el turno de la tripulación. Fueron también desembarcados los instrumentos de navegación marítima y el equipaje personal de los pasajeros.
Los salvados debieron de caminar más de seis kilómetros por aquellos parajes desolados llenos de rocas y diente de perro hasta encontrar los transportes y ambulancias del puesto militar de Matanzas. Ese mediodía el barco mostraba señales de escora hacia el mar augurio de un final cercano, lo que para la marinería era el lógico final de un navío al que llamaban el “Barco de los Muertos”.
Era sin dudas para ellos el reclamo de las almas de los que habían sucumbido víctimas de la Guerra Hispano-Estadounidense de 1898 y sus secuelas.
El rumor y mote que perseguían al McPherson eran fundados pues el quince de febrero de 1900 había salido del puerto de Santiago de Cuba transportando los restos de unos doscientos soldados americanos, entre ellos setenta y cuatro fallecidos por fiebre amarilla en 1899. En ruta debía detenerse en Baracoa y Mayarí para repatriar otros cuerpos a los Estados Unidos.
Sin embargo el McPherson no terminó su carrera en la costa de Matanzas aunque dejara algunos pedazos en la aventura…
A. Martínez [Feb. 2, 2021. Rev. Feb. 17, 2022]
Bibliografía y notas
- McSherry, Patrick. “The Army Transport Service”. The Spanish American Centennial Website. Consultado Febrero 2, 2021. https://www.spanamwar.com/transports.htm
- Salvage of S.S. McPherson, February 5, 1901, stranded at Matanzas, Cuba, men standing on bridge from ship. Mystic Seaport Museum, Collections & Research. Consultado Febrero 2, 2021. https://research.mysticseaport.org/
- SS Admiral Sampson. Wikipedia. Enero 21, 2021. https://en.wikipedia.org/wiki/SS_Admiral_Sampson
- Nederlandsch-Amerikaansche Stoomvaart Maatschappij Holland America Line. The Ships List. Enero 18, 2006. https://www.theshipslist.com/ships/lines/hollandam.shtml
- ‘The U.S. Transport McPherson Left Santiago de Cuba’. The United States Army and Navy Journal and Gazette of the Regular and Volunteer Forces, vol. 37, no. 1–26, Feb. 1900, p. 575.
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