
Ignacio Agramonte y sus hermanos. Fotografía que se supone histórica. Desde Camajuaní nos remite un estimado amigo, el señor Celestino Bencomo, acompañado de la interesantísima carta que aparece después, una fotografía de que ofrecemos copia exacta á los lectores de El Fígaro, por tratarse del inmortal Ignacio Agramonte, y en mérito á que, como apunta nuestro amable remitente, es de palpitante actualidad en estos días en que se trata por un Comité patriótico y entusiasta, —que responde á la hermosa iniciativa de la Sociedad Popular de Santa Cecilia, del Camagüey,— de levantar un monumento á la memoria insigne del mártir de Jimaguayú.
No hemos podido comprobar la autenticidad del retrato y de las noticias del Sr. Bencomo. Los que conocieron á Ignacio Agramonte tienen la palabra.
Sr. D. Manuel Serafín Pichardo. El Fígaro.
Distinguido amigo: asiduo lector de su brillante publicación y deseoso de ver en sus páginas todo lo que sea interesante, le remito adjunto un retrato del General Ignacio Agramonte Loynaz, en grupo con sus hermanos Carlos, Jacinto y Pedro y su primo hermano el joven Arteaga y Agramonte, que allá por los años 1865 al 67, con su tío de V. sin duda, el señor J. M. Gabriel Pichardo, formaban el cuerpo de profesores del colegio “El Progreso”, en Cárdenas.
Debo este hallazgo á un queridísimo amigo mío, el señor Bravert, descendiente de franceses é hijo de Cárdenas, discípulo que fué de tan conspicuos profesores.
Como en estos días he visto que la prensa se ocupa de Ignacio Agramonte y Loynaz, uno de los héroes más ilustres de la epopeya de los diez años, creo que es de actualidad el hallazgo y se lo remito para que usted, con el acierto y oportunidad que siempre le distinguieron, saque de él el partido que crea conveniente.
El colegio “El Progreso”, de Cárdenas, fué fundado, según las noticias que tengo, por D. Carlos Arteaga, meritísimo camagüeyano, en aquella poca dichosa en que Cuba valía mucho y el capital estaba vinculado en sus hijos.
El Sr. Arteaga trajo de Puerto Príncipe á sus sobrinos Ignacio, Carlos, Pedro y Jacinto Agramonte y á su sobrino Arteaga y Agramonte, Jóvenes educados y muy instruidos, encargándoles de las clases en que eran más competentes. Ignacio, de veinte y tres años entonces, mereció siempre la confianza del Director, á quien sustituía en sus ausencias y enfermedades. Estalló la guerra en el 68, y V. sabe lo demás.
Deseo que V. utilice el obsequio que le hago desinteresadamente, enterándose primero si son ciertas mis afirmaciones, pues, como le dije antes, hablo por boca de un discípulo del histórico colegio. ¡Han transcurrido 35 años…!
Aprovecho esta oportunidad para ofrecerme de V. muy afmo. amigo, s. s.
Q. B. S, M.
CELESTINO BENCOMO.
Bibliografía y notas
- “Ignacio Agramonte y sus hermanos”. Revista El Fígaro. Año XIX, núm. 7, 15 febrero 1903, p. 85.
- Barnet, G. J. “Triste nota histórica, 11 de mayo de 1873”. Revista Ilustrada Cuba y América, vol. XIV, núm. 8, Feb. 1904, 200-202.
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