Arte y Artistas. Encarnación Bustillo Salomón. Vivir vida espiritual, hacer vida de arte, salirse de la vulgaridad ambiente, es privilegio de los seres superiores, que vienen al mundo con personalidad propia como puntos de luz que iluminan el sendero oscuro de la vida. Uno de esos espíritus exquisitos es la señora Encarnación Bustillo Salomón, artista distinguidísima, nacida para el arte, y que después de lauros obtenidos en la pintura y en la cerámica fuera de Cuba, se encuentra hoy entre nosotros.
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En los camerinos del tiempo comenzaron las artes con su primer maestro la naturaleza. Con el esbozo de la creación nacieron magia y maravillas, imitadas por la aventura humana y sus obras, atrapando la luz en el pincel para querer con el simple gesto creativo expresarse y ser vistos.
El sonido es arte y el batá también, lo son los violines y hasta el baile, la danza clásica y la contemporánea. Arte son los comediantes y hasta cada tabla del teatro que ha vibrado bajo sus plantas.
El arte puede ser subversivo y a la vez aplacador. Es el artista un joyero mezcla de su bruto diamante, hijo de las facetas que en él va a crear. Porque crear es modelar y hacer vibrar las cuerdas del alma. Es desencadenar las emociones para que subsista la memoria. Arte es renovada expresión de la misma semilla.
La aventura del arte comienza tempranamente en la evolución humana con un simple trazo de barro en el cuerpo, esbozos de manos o animales en la piedra, tallas en madera y hueso y hasta en el simple gesto de depositar un ramillete en una tumba.
Además del gesto bondadoso y pasional son los conflictos otro de los factores de los que se nutre el arte y así ha sido desde tiempos inmemoriales. La revolución francesa en 1789 y la invasión de la parte española de Santo Domingo en 1801 propulsaron hacia Cuba un gran número de emigrantes en busca de estabilidad.
Llegan con un bagaje cultural y social que servirá de nutrimento a una sociedad hasta ese momento celosamente controlada por la metrópoli española. Algunos de ellos se establecen en la ciudad de Matanzas y sus alrededores donde comienza a pujar una incipiente cultura sacarócrata.
Desde 1793 se autoriza el puerto de Matanzas a comerciar con los dominios españoles y en 1819 se declara la apertura de los puertos de Cuba al comercio extranjero, lo que conlleva a un florecimiento de las artes alimentadas por el intercambio económico y cultural...
Julio Vila Prades un pintor valenciano en la Habana
El pintor Julio Vila Prades en la vida artística de la Habana por Francisco G. de Cisneros. En la atildada revista social fuí el primer escritor cubano que comentara la obra de arte del pintor valenciano Julio Vila Prades, huésped hoy de la Habana, donde exhibirá su suntuosa colección de cuadros y ya la emoción del placer anticipado se expande ante tan espiritual acontecimiento.
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El Salón de Bellas Artes de 1921. Con gran solemnidad se llevó a efecto la inauguración del Salón de Bellas Artes del año 1921. En la Academia de Ciencias se ha instalado el templo de la Pintura, de la Escultura y de la Arquitectura.
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El Salón de Bellas Artes 1918 en Cuba por Pelleas para la Revista Social. Sea para Federico Edelmann nuestro primer saludo. A él, y al grupo de sus valerosos colaboradores, extendemos nuestras felicitaciones más sinceras, reconociendo en ellos un espíritu comparable al que lanzó a Jason y sus argonautas en la conquista del célebre vellocino.
[Leer más…] acerca de Salón de Bellas Artes de la Habana en 1918 desde SocialManuel Mantilla Béjar un pintor cubano de San Alejandro
El pintor cubano Manuel Mantilla Béjar. Resonante concepto artístico alcanzado en Madrid. Se trata, lector, de un cubano hijo de montañeses, justo motivo para que los hijos de la tierruca disfrutemos de los aplausos y alabanzas que la Prensa de Madrid ha dedicado a los trabajos pictóricos que este sobresaliente artista ha presentado a la consideración de la severa crítica madrileña.
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Octavo Salón de Bellas Artes de la Habana en 1923 por Gregorio Campos.
[Leer más…] acerca de Octavo Salón de Bellas Artes de la Habana en 1923Hablando de Romañach por Francois G. de Cisneros
Hablando de Romañach por Francois García de Cisneros para la Revista Social en 1918. Guiñando sus ojillos escrutadores mi camarada Brinton cómodamente sentado en un enorme sillón de cuero del National Art Club me dijo: —Creo que en su Isla de Cuba, aun no han comprendido el complicado temperamento artístico de Leopoldo Romañach!1
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Un nuevo triunfo para los artistas de Cuba es el Salón de Bellas Artes de 1920. La Sociedad de Pintores y Escultores ha dado un paso de avance en la consideración pública, pues el hecho de vivir agrupados elementos, de suyo tan retraídos y disidentes como los artistas, es ya prueba de que se ha comprendido que la cohesión es lo único que puede darles la victoria.
[Leer más…] acerca de El Salón de Bellas Artes de 1920El paisajista Esteban Chartrand visto por José María Gálvez.
Accediendo al ruego de los apreciables Directores de La Habana Literaria, escribo este ligero artículo libre de pretensiones que serían impropias de quien declara y confiesa su incompetencia en materia de crítica artística, sin que esto sin embargo le vede comunicar la impresión que en su espíritu ha dejado la contemplación de las obras del notable paisajista matancero, cuya prematura muerte lloran á un tiempo sus desamparados hijos y el arte cubano.
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A título de mero espectador, como un cualquiera del público, voy a permitirme hablar de Romañach y su obra, y adelanto esa explicación, porque hay quien dice que los que no pintamos debemos abstenernos de juzgar á los que pintan, como no sea — por supuesto — para proclamarlos genios… aunque es dudoso si, en concepto de quien así se expresa, este juicio en plural fuera aceptable, pues tal vez no le parecería exacto sino aplicado sólo a él.
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