
La casa natal de José Martí en Paula 102, ciudad de la Habana. En honor de Martí en 1901. Muévese de nuevo la opinión cubana, con legítimo entusiasmo, á fin de procurar á la respetable madre del mártir de las libertades de Cuba, José Martí, medio seguro de subsistencia y albergue decoroso donde pasar su vejez.
A ese efecto, hánse promovido generosas iniciativas por dos diarios habaneros: uno de ellos, El Mundo, abriendo suscripción pública para regalar á dicha Sra. la casa en que naciera su ilustre hijo, y otro, La Discusión, organizando una brillante velada en su obsequio, que al mismo tiempo será homenaje á la memoria del que derramó su sangre por la independencia.
Á esas dos manifestaciones, explosiones, mejor dicho, del sentimiento cubano, se ha asociado El Fígaro con el interés que ha demostrado siempre por los hombres gloriosos de Cuba, y dando así un ejemplo de la solidaridad que tanto necesitan los pueblos en los críticos momentos porque atraviesa el nuestro.
A la suscripción de El Mundo destinó EL Fígaro la suma que habrán visto nuestros lectores en las páginas de dicho colega, y á la fiesta de La Discusión acudió tomando un palco.
Dificultades que no ha sido posible obviar á los iniciadores de la fiesta, nos han impedido, con harto sentimiento nuestro, realizar la oferta que oportunamente hicimos á nuestro buen amigo y distinguido compañero, el Sr. Héctor de Saavedra, de regalar una edición-programa que habría de venderse, á beneficio de aquella idea, en la noche de la velada y para cuya confección ya habíamos hecho todos los preparativos.
Como nota de palpitante actualidad, trae El Fígaro á sus páginas los grabados que aparecen en la presente, y que representan la vista exterior de la casa donde nació Martí, en esta capital, y una de las habitaciones interiores de ella, en que aparecen la madre, el hijo, la viuda y la hermana de Martí, habitación en que vino al mundo el inmortal revolucionario.

Con el fin de aprovechar los preparativos que para el programa referido había hecho El Fígaro, de acuerdo con los organizadores de la fiesta, hemos determinado darla á luz modificando la idea primitiva y convirtiéndola en un Souvenir de la velada, en el que recogeremos cuanto con ella se relacione, y ampliando sus originales con algunos párrafos del discurso del Sr. Sanguily, vistas fotográficas del grandioso acto, tomadas la misma noche de la fiesta por el fotógrafo señor Gómez Carrera.
El Fígaro hará una edición de lujo de ese Souvenir, á fin de que se ponga á la venta y sus productos, como se ha dicho, se destinen á la madre del héroe de Dos Ríos.
Por la madre de Martí
El pueblo cubano ha pagado una deuda sagrada que tenía, al comprar la casa natal de la calle de Paula en que naciera el ilustre Apóstol de la revolución, José Martí, para donarla á su señora madre, la respetable doña Leonor Pérez, viuda de Martí.
A los esfuerzos de generosas damas y caballeros que constituyeron la patriótica asociación Por Martí, se debe el haber reunido el importe de la casa que fué entregada el domingo 10 de agosto 1902 á la que tiene tantos títulos para poseerla.
Por la madre de Martí. Solemne entrega de la casa adquirida por el pueblo cubano. Acto sin duda hermoso y conmovedor, no obstante su extraordinaria sencillez, fué el realizado en la mañana de ayer 10 por la asociación de señoras y caballeros “Por Martí” en cumplimiento de lo que constituye la principal y casi exclusiva misión que al formarse se trazara.

En efecto, la obra bellamente comenzada por la siempre entusiasta emigración de Cayo Hueso, tuvo ayer digno coronamiento, si no con el esplendor que era de esperarse, si con la solemnidad y religiosa devoción que su índole requería.
Tratábase, como se había anunciado de entregar á la egregia anciana, que llevó en su seno al Apóstol Martí, la casa que para ella ha adquirido la piedad del pueblo cubano, y que es la misma en que aquél vió la hermosa luz de nuestro sol, y respiró las perfumadas brisas de nuestro suelo, por cuya libertad había de morir.

La casa señalada al respeto de los transeúntes por una placa de blanquísimo mármol en que se lee:
José Martí —nació en esta casa— el día 28 de Enero de 1853 —Homenaje de la Emigración de Cayo Hueso.
Es el número 102 de la calle de Paula, cuadra comprendida entre Egido y Picota, y presenta un aspecto sencillísimo, tanto que no llamaría la atención á no ser por la mencionada placa y por el triangulo que remata su frontis y en el que se destaca una estrella de cinco puntas, también de mármol, con esta inscripción:
“Asociación Por Martí —1900”
Allí, en esa humildísima mansión y en unas aún más humildes habitaciones altas que dan frente á la calle y cuya parte interior ha sido respetada, nació Martí; en ese moderno establo nació el Cristo de nuestra redención.
Él acto, como dijimos al comenzar, fué solemne á la par que sencillo; comenzó poco después de las 8 y media con una misa rezada por el Rdo. Padre Mustelier, ayudado del clérigo minorista Sr. José Beira; en un improvisado
altar situado frente á la casa en la acera del número 87.
Al terminar la misa, oída con religiosa emoción por numeroso pueblo, bendijo el oficiante los insignias, que en el acto se entregaron á los miembros presentes de la Asociación, las llaves de la casa y luego esta misma.
Fué un auto conmovedor el de la entrega de las llaves á la venerable matrona: lo realizó la graciosísima niña María Luisa García Gutiérrez entre sollozos de emoción.

Entre los concurrentes recordamos al Sr. Alcalde Municipal, al Sr. Eudaldo Tamayo, a los Sres. Juan García Martí, Orencio Nodarse, Jorge Lacedonia, Temistocles Molina, Francisco Armada, miembros de la Asociación, y el Sr. Antonio Buig, Presidente del Comité.
Damas: había pocas. La respetable madre del maestro y además las señoras María G. de García Martí y Juana Carratalá —madre del llorado Domingo Mujica— Presidente y Vicepresidente de la Asociación, respectivamente.
Contribuyó á dar solemnidad á la ceremonia, la Banda de Policía, que bajo la acertada dirección del maestro Tomás ejecutó diversas piezas, entre ellas el Himno Nacional.
La casa natal del Apóstol Martí desde El Fígaro en 1924
Cuando a mediados del siglo XIX se anunció en los Estados Unidos que uno de los herederos de Jorge Washington tenía a la venta la famosa quinta de Mount Vernon, considerada como la casa solariega de los Washington, una dama de ilustre memoria, Miss Ann Pamela Cunningham, de South Carolina, asumió la tarea honrosa y ardua de recaudar los fondos necesarios para adquirir aquel inmueble y consagrarlo como templo en que se conservaran las reliquias pertenecientes a aquel y quien llaman Padre en la nación norteamericana y “está, el primero, en el corazón de sus compatriotas”.
La cuestación cubrió bien pronto la suma, trescientos mil pesos, y los cientos de acres de Mount Vernon y su magnífico edificio con la tumba de Washington, pertenecen, no al Estado de Virginia en que está enclavada la finca, ni a la Federación, sino a la Asociación privada fundada por aquella mujer insigne y la Asociación, llamada “Mount Vernon Ladies Association of the Union”, mantiene el cuidado del inmueble, recauda por las entradas de visitantes suficiente suma, muchos miles de pesos cada año, para mantener cuidado y limpio el templo, que lo es en verdad, y acumular en las espaciosas habitaciones de aquella lujosa mansión no sólo objetos que fueron propiedad de Washington o se refieren a él, sino mobiliario y objetos de arte de su época.
Allí está la tumba de Washington, y han de saber los panegiristas inconsultos de “las maravillosas cosas” del yankee, cuyas excelencias innumerables ignoran pero a quien admiran neciamente sin analizarlos, como los deprimen sin conocerlos los ridículos “jingoístas”1 antillanos, que esa tumba veneranda FUE ROBADA y en la que que yacen hoy los restos de Washington y de su esposa no es la utilizada para inhumar su cadáver cuando falleció.
Esta brevísima reseña de cómo Mount Vernon en época ya distante de la muerte de Washington comenzó a ser lo que es hoy, lugar de amorosa peregrinación para los admiradores norteamericanos y extranjeros, del primer Presidente de los Estados Unidos, conviene recordarla en momentos en que El Fígaro da la noticia tan grata para el sentimiento cubano de que la casa natal del Washington de Cuba, el Maestro José Martí, va a ser consagrada, como Mount Vernon a Washington, a templo en que se venere la memoria de quien nos dió la libertad o puso al menos en marcha la acción que debía libertarnos y quiso que tuviera el cubano más que libertad y República, lo que apenas estamos organizando; una patria en que el decoro del hombre hallara su hogar propio.

La casa natal de Martí fué adquirida por una Asociación que inició una dama ilustre, la señora María Gutiérrez y Febles de García Martí, pero esa Asociación no esperó a que se pusiera en venta el inmueble, sino que se apresuró a adquirirlo, y dos años apenas después del cese de la soberanía española en Cuba, y a los seis de haber caído con gloria en los Campos de batalla por la redención de Cuba el prócer habanero, la Asociación llenaba su fin generoso y adquiría la casa histórica, cediendo su usufructo vitalicio a la matrona ejemplar que llevó en su seno al sacrificado en Dos Ríos, debiendo pasar esa humilde casita de Paula ciento dos a la entera propiedad del pueblo cubano cuando la dama venerable falleciera.
La Asociación encomendó la misión de recoger esa herencia veneranda a los Ayuntamientos de la Isla, con la sola condicional de que la casa natal del prócer se convirtiera en templo en que su memoria sea venerada. La madre gloriosa de Martí falleció el 19 de Junio de 1907 y hasta el día 23 del mismo mes en el presente año (1924), los Ayuntamientos no cumplieron el honroso encargo.
Pero ya está obedecido el mandato, ya la casa en que nació Martí ha dejado de ser, como lo fué durante cuatro lustros, vivienda de gentes descuidadas e irreverentes, la casa está legalmente confiada a una Junta Patronal en que figuran los cubanos más ilustres de la generación de Yara y más conspicua de la contemporánea y por la iniciativa de uno de los miembros de esa Junta, antes de crearla, y por la decidida acción del Gobernador de la provincia habanera, el excelente cubano e inmaculado estadista Alberto Barreras, el edificio se está reparando por que los recursos que arbitró la iniciativa privada no bastaron para la reedificación casi total que era preciso llevar a cabo por la incuria de veinte años y la falta de solidaridad de quienes debieron sumarse sin restricciones a una llamada pública formulada por quien ha visto rematada la obra mejor de su vida y el más acariciado de sus sueños al reafirmar el dominio de la casa natal de Martí después de muchos años de labor callada, paciente, oculta, desconocida, negada, calumniada pero cierta, positiva y eficaz;
El fin ha coronado la obra, olvidemos ahora, que después de todo es justicia de las masas, a quien la llevó a cabo. Lo que importaba era realizarla. Logrado el propósito, saber quien lo ejecutó importa poco.
Cómo se constituyó la Junta Patronal y cual es su cometido lo va a conocer ahora el bondadoso lector de El Fígaro si recorre las líneas del Acta levantada el día 23 de Junio y que por ser documento de inmenso valor histórico, piedra angular y, a la vez, capitel de un templo y columna levantados por el amor a Martí en largos años de brega, se publica integra, en la certeza de prestarle un servicio a la cultura patria y rendir, a la vez un tributo de gratitud a los miembros de esa benemérita Asamblea, disuelta a las pocas horas de constituida, pero realizando una labor de trascendencia que constituye para el patriotismo cubano un timbre de gloria altísimo, por la pureza del propósito y la eficacia de su acción.
Arturo R. De Carricarte
De interés:
Memoria del Acta y Asamblea que determinó el uso que debía de darse a la casa natal del Apóstol José Martí en 23 de Junio 1924.
Bibliografía y notas
- “En honor de Martí”. Revista El Fígaro. Año XVII, núm. 30, 11 agosto 1901, p. 351.
- “Por la madre de Martí”. Diario La Lucha. Año XVIII, núm. 183, lunes 11 de agosto 1902.
- “La casa natal del Apóstol Martí”. Revista El Fígaro. Año XLI, núm. 8, julio 1924, pp. 186-190
- Fontanills, Enrique. “Habaneras: Boda Suntuosa en el Vedado, la señorita Teté Bances y el brigadier José Martí.” Diario de la Marina, vol. LXXXIV, n.o 43, Febrero 22, 1916, p. 5.
- Jingoísmo: Patrioterismo exaltado que propugna la agresión contra otras naciones (R. A. E.). A propósito del jingoísmo puede consultar este artículo de Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Jingo%C3%ADsmo ↩︎